No al maltrato animal

Desde La Mina

Mauricio Castro

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

En mi casa en La Mina, en Santa Ana, le he estado poniendo atención a los debates, artículos, programas, campañas…contra el maltrato animal.

¡Yo estoy de lleno contra el maltrato animal!

Lo repudio con todo mí ser, y estoy plenamente de acuerdo en que debe ser castigado.

He de reconocer, sin embargo, que cuando se habla de maltrato me queda un sin sabor parecido a cuando los grupos ambientalistas le dan duro a las piñeros por contaminación de fuentes de agua y dejan por fuera a los cafetaleros y ganaderos, no me puedo explicar el por qué si quizás contaminan mucho más, pues en el campo del maltrato animal dejan afuera maltratos que para mí deberían estar en la misma lista:

-castrar toros para convertirlos en bueyes
-usar el chuzo con los bueyes
-domar caballos para uso doméstico
-la grupera para sostener la montura en los caballos y mulas
-ponerle herraduras a los caballos
-usar caballos con anteojos de cuero para jalar carretones
-llevar un chilillo a un caballo en los desfiles-uso del chuzo eléctrico en el transporte de ganado
-esquilmar ovejas para obtener lana
-herrar animales para demostrar propiedad
-robarle huevos a las gallinas de pastoreo
-la forma en que matan los cerdos y las vacas en algunos mataderos y pueblos
-tener en peceras a peces que antes andaban libres
-jaulas con periquitos de amor
-los demos de mascotas en las tiendas donde los venden
-tener como mascotas iguanas, culebras
-tener en una jaulita a conejillos de indias
-convertir gatos y perros en niños y quitarles su libertad animal (lo contrario es ya ampliamente castigado)

De verdad que me sorprende que todo eso quede por fuera.

Me sorprende que sea más eficiente SENASA que el PANI en materia de maltratos.

Cada día que veo a más gente contra el maltrato animal —con las que comparto en muchísimo sus pesares y sentimientos, obviamente no en todos— me resuenan más estas palabras del Papa Francisco:

«Hoy se debe estar atentos a no confundir la piedad con la conmiseración, que consiste sólo en una emoción superficial, que no se preocupa del otro»

«¿Cuántas veces vemos a gente que cuida a gatos y a perros y después dejan sin ayuda al vecino o vecina que pasa hambre?».

«No se puede confundir con la compasión hacia los animales, que exagera en el interés hacia ellos, mientras deja indiferente ante el sufrimiento del prójimo»

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