Merkel, qué vergüenza

Robert Kuttner

dpa

En sus encuentros en la Casa Blanca, Angela Merkel no dio su brazo a torcer en la petición de Biden de captar la idea del programa y permitir que el mundo tenga vacunas baratas contra la Covid.

Dicho sea en honor de Biden —la heroína entre bastidores es la responsable de Comercio norteamericana, Katherine Tai—, la administración dio marcha atrás en su postura en mayo y apoyó una una dispensa del acuerdo comercial sobre propiedad intelectual conocido como TRIPS (Acuerdos sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) que prohíbe a otros fabricantes producir vacunas patentadas.

Más de 140 países, entre ellos otros miembros importantes de la UE dirigidos por Francia, apoyan esta dispensa. Alemania representa la principal resistencia.

Una dispensa permitirá a otros países, sobre todo a India, que ya produce una gran parte de las vacunas del mundo, producir vacunas baratas contra la Covid usando los procesos creados por Pfizer o Moderna o Johnson & Johnson sin tener que pagar cuotas de licencia.

Si hubo alguna vez un momento de emergencia para esa dispensa, es ahora, cuando ya estamos viendo un aumento importante de la pandemia. Así pues, ¿qué pasa con Merkel? Ha sido una buena humanitaria, que ha corrido riesgos reales para admitir a gran número de refugiados. Dejará el cargo en septiembre, de modo que no tiene nada que perder políticamente por apoyar la dispensa.

Es evidente que Markel está obrando en favor de la empresa alemana BioNTech, que desarrolló buena parte de la ciencia que hay tras la vacuna que ahora produce y comercializa principalmente Pfizer. Pero, si ese es el caso, puede que estén aconsejando mezquinamente a Merkel sobre lo que está en juego.

La realidad es que, según este acuerdo con Pfizer, BioNTech posee los derechos para vender la vacuna principalmente en Alemania; Pfizer compró la mayoría de los derechos en todo el mundo, aunque recientes informaciones de la prensa se refieren a posibles acuerdos de venta de BioNTech con Indonesia y Tailandia. Si se aprueba una dispensa de los TRIPS, desaparecerán todas estas oportunidades de beneficio.

Irónicamente, todo esto llega en un momento en el que Pfizer está hablando mal de la eficacia de su propia vacuna, con el fin de apremiar a la gente a ponerse dosis de refuerzo. En las fantasías del sector, tendrían un «precio post-pandémico» de 150 dólares cada dosis o más.

Estas farmacéuticas fueron generosamente subsidiadas por los contribuyentes, y ya han tenido beneficios caídos del cielo por valor de decenas de miles de millones de dólares. En sus encuentros en la Casa Blanca, Biden tenía otras cosas más importantes que tratar con Merkel, entre ellas un frente común en relación a China. Pero Occidente no goza de gran reputación ahora mismo en el Tercer Mundo; y China, que ya está suministrando vacunas baratas al sur global va haciendo progresos en su pretensión de que su modelo es superior al de Occidente.

Los EE.UU. tienen que mantener su presión sobre Merkel; y Merkel, hija de un pastor, tiene que echarle un vistazo a su propia conciencia.

Robert Kuttner cofundador y codirector de la revista The American Prospect, es profesor de la Heller School de la Universidad Brandeis. Columnista de The Huffington Post, The Boston Globe y la edición internacional del New York Times, su último libro es «Debtor´s Prison: The Politics of Austerity Versus Possibility».

Fuente: The American Prospect, 16 de julio de 2021

Traducción: Lucas Antón para sinpermiso.info

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