Lugares que hay que visitar antes de morir

Museo del Louvre

Descubra las riquezas que ofrece el emblemático museo de Francia

Información esencial	Evite las multitudes llendo después de las 6 pm los miércoles y viernes.
Localización	París, Francia.
Zona de tiempo	UTC+1
Sabía que…	El museo era conocido como Museo Napoleón por Napoleón I, entre 1803 y 1814. Además de la pirámide grande, hay otras tres más pequeñas en el patio.
Moneda	Euro

La Mona Lisa. El escriba sentado. La Venus de Milo. La balsa de la Medusa. Las bodas de Caná. Estas son solo algunas de las miles de increíbles obras de arte que se exhiben en el Louvre, un museo que no solo es el más grande del mundo, sino que, con más de nueve millones de visitantes al año, es también, con diferencia, el más visitado.

Una cosa es segura: no debe ir sin un plan. El Louvre es simplemente demasiado grande para verlo todo en un solo día y, de hecho, tendría que pasar unos tres meses allí si quisieras ver todas las obras (suponiendo que solo pudieras dedicar medio minuto a cada una). Si decides de antemano lo que quieres ver, disfrutará mucho más de la experiencia. Y, si su plan es ver lo que todo el mundo quiere ver (la Mona Lisa, naturalmente), prepárese para madrugar para evitar las multitudes.

Sin embargo, el simple hecho de caminar hacia el Louvre lo dejará sin aliento. Construido inicialmente como fortaleza medieval en 1190, fue reconstruido para convertirse en palacio real a partir de 1546, momento en el que se convirtió en el hogar de un gran número de reyes franceses hasta que Luis XIV trasladó la residencia real a Versalles en 1682. En ese momento, el edificio, situado en la orilla derecha del río Sena, en París, albergaba la colección real y se abrió al público como museo en 1793.

A lo largo de los años, el edificio se ha ampliado y, en la actualidad, tiene una superficie de 60 600 metros cuadrados. El punto más alto es el Pavillon de l’Horloge, construido en el siglo XVII, que actualmente alberga una exposición sobre la historia del Louvre. La última incorporación es una enorme pirámide de cristal y metal situada en el patio y terminada en 1988. Esta estructura constituye la entrada al Louvre y conduce al vestíbulo subterráneo, desde donde se puede acceder a los edificios principales.

Las colecciones se dividen en ocho departamentos repartidos en tres alas, lo que facilita la identificación de lo que se desea ver. Puede ver grabados y dibujos, pinturas de los antiguos maestros, esculturas o artes decorativas. Puede pasear por el arte islámico, las antigüedades del Cercano Oriente, las antigüedades egipcias o las antigüedades griegas, etruscas y romanas. Dado que las obras del Louvre proceden de todo el mundo y abarcan desde el siglo VI a. C. hasta el siglo XIX d. C., se trata de una experiencia cultural sin igual.

Para ayudarle a orientarse, y para aquellos que tengan prisa, hay recorridos para visitantes, cada uno de los cuales dura entre una hora y 90 minutos. Pero, si dispone de más tiempo, sin duda merece la pena perderse, aunque solo sea para ver con qué se encuentra. El ala Denon, por ejemplo, donde se encuentra la Mona Lisa, está repleta de obras maestras francesas, mientras que las cámaras subterráneas del edificio son un placer para pasear. Si, después de todo esto, necesita tomar aire, dé un paseo por los jardines del Carrousel y las Tullerías. Es una forma encantadora de terminar el día.

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