Robert Kuttner
Si se leen las noticias de los medios de comunicación, todo el mundo se centra en los árboles y no ve el bosque. Los barcos están atascados, los puertos se encuentran al límite de su capacidad, no hay suficientes camioneros y la escasez se agrava a medida que los productores acumulan suministros.Por supuesto, pero, para empezar, ¿por qué se ven desbordados nuestros puertos?
En la década de 1980, las empresas comenzaron a instituir la producción «just-in-time», manteniendo pocas existencias para ahorrar costes. Combinaron esta estrategia con la subcontratación en Asia de un número cada vez mayor de suministros, para ahorrar aún más costes, sobre todo laborales. Los buques portacontenedores cada vez más grandes convirtieron el modelo en algo todavía más atractivo.
A Wall Street le encantaba esta estrategia porque debilitaba a los trabajadores y aumentaba los beneficios a corto plazo. Pero como advirtió nuestro amigo Barry Lynn en el Prospect en el año 2007, si se combina la producción “just-in-time” con fuentes de suministro lejanas, hay que tener cuidado cuando se produce algún tipo de alteración.
Y la COVID fue la crisis que puso finalmente al descubierto todas las vulnerabilidades ocultas del sistema.
En la época en que la mayoría de los suministros se obtenían en el país, nunca se producían crisis en la cadena de suministros, porque fabricábamos la mayor parte de las cosas en casa. Había algunas importaciones, pero no abrumaban los puertos. Y en la época en la que había un sector regulado de conducción por carretera y un sindicato de camioneros fuerte, no había nunca escasez de conductores de camiones porque se trataba de empleos buenos.
No podemos arreglar esta crisis aumentando la capacidad portuaria o haciendo que estibadores y camioneros hagan horas extras. Se trata de un fracaso sistémico, arraigado en un exceso de poder empresarial y demasiada fe en los mercados, en la desregulación y el hiperglobalismo, un cóctel también conocido como neoliberalismo. Si vuelven los puestos de trabajo y los suministros al país, y se restablece alguna regulación, la crisis de la cadena de suministro desaparece.
Esto lo entiende Joe Biden, y se está moviendo para relocalizar la producción y los buenos empleos. Pero eso llevará tiempo. Qué cruel ironía, para él y para nosotros, que esta crisis, de fusión lenta, estalle durante su mandato.
Robert Kuttner cofundador y codirector de la revista The American Prospect, es profesor de la Heller School de la Universidad Brandeis. Columnista de The Huffington Post, The Boston Globe y la edición internacional del New York Times, su último libro es «Debtor´s Prison: The Politics of Austerity Versus Possibility».
Fuente: The American Prospect