Por Christian Böhmer (dpa)
Montañas de residuos en las aceras, cubos de basura desbordados, grafitis en las paredes de los edificios… ¿Es la cosmopolita ciudad de París un vertedero al aire libre como dicen algunas voces críticas?
En las redes sociales se desató recientemente un debate con el hashtag #saccageparis (que significa devastación de París), con miles de fotos del desastre y la dejadez en la metrópolis.
La rabia y la decepción encuentran desahogo en Internet, especialmente contra el ayuntamiento. Y esos ecos también resuenan nivel internacional.
Mary Campbell Gallagher, que dirige desde Nueva York una asociación transfronteriza para preservar la capital francesa, también ha alertado del peligro que corre París. «Los gobernantes de la ciudad están arruinando su belleza», se quejaba Gallagher en el diario «Le Figaro», refiriéndose a la capital.
El revuelo es más que delicado para Anne Hidalgo, la alcaldesa que fue reelegida el año pasado. Esta socialista de origen español está por dar el salto a la política nacional y probablemente estará entre los candidatos de la izquierda en las elecciones presidenciales dentro de un año.
La capital francesa se está preparando además para los Juegos Olímpicos de 2024.
Sin embargo, en estos momentos el panorama es bastante sombrío. París se ha visto muy afectada por las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Sobre todo en el centro de la ciudad, muchos restaurantes y tiendas permanecen cerrados debido a las restricciones.
Lugares de interés turístico como el Museo del Louvre o el Palacio de Versalles, que suelen recibir varios millones de visitantes al año, llevan tiempo esperando su reapertura. Los turistas, especialmente los procedentes de ultramar, no llegan. El Gran París perdió más de 15.000 millones de euros en ingresos por turismo el año pasado.
Hidalgo se está viendo presionada para justificarse en el debate sobre la suciedad y la imagen mugrienta. «Por supuesto, no todo es perfecto», admitió la alcaldesa de 61 años en declaraciones a la emisora de radio RTL.
Ahora quiere dar a los alcaldes de los distritos más poderes en la limpieza de la ciudad, algo que debería estar en marcha antes del verano europeo, según prometió.
La poderosa dirigente socialista sospecha que hay una campaña política detrás del hashtag #saccageparis. Dice que hay proximidad a la extrema derecha.
De hecho, la populista de derechas Marine Le Pen ya se ha pronunciado, apoyando abiertamente en las redes la protesta. La decadencia de la capital es una «pena nacional», escribió la líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (antes Frente Nacional) en la red de mensajes Twitter.
El periódico local «Le Parisien» localizó al iniciador de la revuelta en Internet, que hasta ahora ha permanecido en el anonimato. Se trata de @PanamePropre, su alias en la red. Él niega actuar por motivación política alguna.
«Sencillamente soy un parisino que dice en voz alta que está harto», declaró al diario. Él mismo se mostró sorprendido por el impacto de la acción, que, según dijo, fue provocada por un ataque de rabia al ver lo abandonada que estaba la ciudad.
La limpieza es un «problema parisino», según Hidalgo. Hace años, Jack Lang, que fue ministro de Cultura del entonces jefe de Estado socialista François Mitterrand, recomendó a la alcaldesa que viajara a Tokio, que era ejemplar en materia de limpieza.
Pero mucho más atrás en el tiempo, en el siglo XVIII, el escritor y cronista metropolitano Louis Sébastien Mercier se quejaba de que París estaba cada vez más sucia.
«¿De dónde viene esta despreocupación?», se preguntaba en «Tableau de Paris», la obra literaria en la que esboza una imagen de la gran ciudad antes de la Revolución Francesa de 1789.
Todo el mundo miraba por sí mismo y había poco sentido del bien común, se quejaba en el capítulo dedicado a los barrenderos. Por cierto, hay que tener cuidado con ellos, ya que no hacen más que remover el barro, advirtió Mercier.
A la ciudad olímpica de París no le queda otra que redoblar los esfuerzos para combatir la basura. El ayuntamiento quiere duplicar su presupuesto para la limpieza y el aseo de la ciudad hasta llegar a los mil millones de euros anuales, anunció Hidalgo. Hay miles de contenedores de basura en los espacios públicos. Incluso son a prueba de ratas e inaccesibles para los molestos roedores.
dpa