La reforma del Estado

Y usted… ¿qué opina?

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Me alegra, aunque sea de salida, que este Gobierno PAC proponga fusionar el Ministerio de la Vivienda, el INVU y el Banco de la Vivienda.

Es un paso hacia adelante. Lo que se les olvidó es la eliminación de más de 200 trámites que un desarrollador debe cumplir antes de iniciar un proyecto habitacional, lo que significa, en el mejor de los casos, entre 2 y 3 años de tiempo. Esa es la locura sin sentido a la que hemos llegado en Costa Rica.

Lo vuelvo a decir e insisto: o se hace la Reforma del Estado o terminaremos siendo un país fallido, sin futuro, ni salida ante la crisis económica y sus gravísimas consecuencias sociales.

Esa es una reforma estructural y funcional y pasa por tres caminos:

  1. Por reformas constitucionales y legales en la Asamblea Legislativa. No por referendos como propone demagógicamente un candidato presidencial.
  2. Por un Programa de Modernización del Estado a cumplirse en los próximos cuatro años, mediante Decretos Ejecutivos.
  3. Por un intenso proceso de diálogo nacional con los sectores organizados de la sociedad civil, sobre la base de propuestas concretas y escritas, racionales y pragmáticas, puestas sobre la mesa y defendidas con liderazgo y capacidad.

Así en vivienda, pero igual en obras públicas y transportes, en cultura, en agricultura, en salud pública, en educación, en seguridad ciudadana, en las superintendencias y en todas las áreas de acción del Estado y sus relaciones con los usuarios y los empresarios grandes, medianos y pequeños.

Sea como sea, y por las razones que sea, la simbiosis que existe entre el sector público y el sector privado de la economía, o sea entre el Estado y el Mercado, es de tal magnitud y mutuamente condicionante en Costa Rica que, sin una Reforma del Estado, nuestro país no sale adelante. La Segunda República está haciendo aguas por todas partes y el tema es esa relación fundamental.

Lo más increíble de todo es que, palabra más o palabra menos, esas propuestas están analizadas y desarrolladas en trabajos de Mideplan y de la Contraloría General de la República. También y a profundidad, en el Programa de Gobierno de uno de los dos candidatos sobrevivientes.

No sé qué es el miedo a la palabra CAMBIO, porque eso es lo que está urgiendo y necesitando Costa Rica. Por supuesto, un cambio democrático y realista, pragmático, responsable y ajustado a las realidades y paradigmas del siglo XXI. No un tsunami destructivo para acabar con el Estado Social de Derecho.

Para este columnista, que ha pasado por donde asustan en dos momentos distintos de su vida, como ministro de la Presidencia y Ministro de Seguridad Pública, ese debería ser el principal tema de debate en esta segunda vuelta electoral y la prioridad del futuro gobierno. El otro tema es la confianza, el liderazgo constructivo y la experiencia de los equipos del futuro Gobierno.

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