La Plaza de la Cultura

Bazar digital

Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

En estos días he estado revisando algunos documentos —en forma digital— del Expresidente de la República y Benemérito de la Patria Daniel Oduber Quirós. Lo anterior para un homenaje que se le hará en estos días, en su querida tierra de Guanacaste.

Estos documentos incluyen algunos vídeos, de esos que podríamos llamar “difíciles de encontrar”, y que algunos resultaron muy interesantes, como el de la colocación de la primera piedra de la Plaza de la Cultura, el 15 de setiembre de 1976, que le correspondió hacerlo a don Daniel, en ese momento presidente de la República. El vídeo lo edité un poco y lo subí a Youtube.

 
Esto me llevó a recordar que tenía pendiente, dentro de la serie de plazas y parques de San José, a la Plaza de la Cultura, que junto con la de La Democracia y Abolición del Ejército, son las espacios urbanos de más reciente creación en el centro de la ciudad.

La idea de la Plaza de la Cultura, es un poco obra de la casualidad. A inicios de los años setentas del siglo pasado, existía el proyecto de hacer un centro cívico y anillo de renovación urbana, y reubicar en un mismo sector, a la mayoría de las instituciones del Estado, que estaban desperdigadas a lo largo y ancho de San José y lugares circunvecinos (y que aún lo están).

 
Dentro de ese proyecto, se contemplaba la expropiación de la manzana al costado sur del Teatro Nacional, entre avenidas 2 y 4, y también el resto de la manzana donde está ubicado el treatro, es decir la parte que da a la avenida central. El proyecto en la parte de la avenida segunda nunca se concretó, y en la manzana del teatro la idea era construir unos edificios para albergar entidades del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, sin embargo, después de botar todas las edificaciones, quedó claro que la ganancia de hacer eso era la exposición del costado norte del teatro, que había permanecido prácticamente oculto para los costarricenses, por lo que se decidió hacer una plaza, y entonces en lugar de construir hacia arriba, hacerlo hacia abajo. Sobre esto hay una anécdota que contó don Guido Sáenz, a la postre el ministro de cultura, que llevó al presidente Oduber al lugar, para hacerle ver que más bien había que hacer una plaza y para no perder el espacio, construir varios niveles de forma subterránea.

Vale la pena recordar los establecimientos que había en esos 100 mt de la avenida central, que se expropiaron, y que comprenden la plaza. De este a oeste, teníamos la famosa Botica Mariano Jiménez, que era un edificio antiguo muy hermoso; a la par estaba un restaurante de comida rápida que se llamaba “Dairy Queen”, muy famoso en esos años, y uno de los primeros de ese tipo en el país, junto a McDonalds; Bazar La Casa; un local que se usaba para exposiciones, especie de galería; Soda La Central, con las mejores empanadas y papas a la francesa de la ciudad, parada obligatoria a la salida de tanda de tres del Cine Rex, los domingos en la tarde; el hotel Panamericano; y en la otra esquina la Librería López, que se pasó luego por donde hoy es la Plaza de las Garantías Sociales en calle 7, pero ya desaparecida. Por calle 3 hacía el teatro, la óptica Rivera y el restaurante Casino Español.

La Plaza es un área abierta de 45 x 80 metros que cuenta con una moderna fuente y varios niveles a modo de terrazas acordes a la topografía del terreno. El sector este incluye el acceso a los tres niveles subterráneos donde están los Museos del Oro Precolombino y Numismático, y galerías, que incluyen una colección importante de arte plástico nacional, y a los cuales la plaza sirve de techo. Se integra al costado oeste con la Plaza Juan Mora Fernández, los bulevares de la avenida central y calle 3, formando el vestíbulo urbano del Teatro Nacional y el Gran Hotel Costa Rica.

El proyecto nace en 1973, luego de ser declarado Monumento Nacional el edificio del Teatro Nacional y declarada de interés público la zona aledaña. En 1975 el Banco Central de Costa Rica se hizo cargo del financiamiento y la ejecución del proyecto.

Entre 1977 y 1982, se edificó el espacio donde hoy se encuentran los Museos del Banco Central y la plaza de la Cultura. El diseño original estuvo a cargo de los arquitectos costarricenses Jorge Bertheau, Jorge Borbón y Edgar Vargas. Aún siendo un edificio subterráneo, se le considera uno de los más emblemáticos de la arquitectura costarricense.

Durante 1996 y 1997 la plaza se benefició de una importante remodelación a cargo del arquitecto costarricense Ibo Bonilla, mediante la cual se corrigieron problemas de filtración pluvial, deterioro mecánico y eléctrico, ocasión aprovechada para darle una escala acorde a las nuevas demandas urbanas, así como recuperar elementos claves del diseño original, pero cambiando su estilo arquitectónico ya pasado un poco de moda, devenido en gris, ajeno a la idiosincrasia y en evidente contraste con el Teatro Nacional construido en 1890 con estilo clásico palaciego.

Después de la última remodelación la plaza luce esplendorosa, junto a nuestro grandioso Teatro Nacional, que se vio totalmente beneficiado con la apertura de la plaza, que se convirtió en el polo urbanístico por excelencia de la capital, desplazando al parque central y otros.

Los años setentas, representaron un hito en la cultura del país, se creo el Ministerio de Cultura, en la tercera administración de José Figueres, con lo que todo lo relacionado con ese tema dio un salto cualitativo y cuantitativo. La Plaza de la Cultura es parte de ese cambio de paradigma en el desarrollo, que supo expresar muy bien don Pepe, con su ya famosa frase “Para que tractores sin violines” y que Oduber continuó.

Definitivamente la ciudad de San José cambió con la construcción de la Plaza de Cultura, el corazón de la capital se remozó, y ahora es de primer mundo, que tiene poco que envidiarle a otras capitales, guardando las distancias claro, pues en otras aspectos seguimos siendo todavía una aldea.

Para otra oportunidad les hablaré de los museos y galerías, que están en los niveles subterráneos de la plaza.

Como es mi costumbre, les preparé una bonita galería de imágenes actuales y antiguas, que también la subí a Facebook, en caso que por alguna razón no puedan verla.

 
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Un comentario

  1. Algunas anécdotas:

    Jorge Bertheau Odio fue mi profesor guia de tesis y dice que Carazo Odio —su pariente— le dio por imitar a León Cortes y lo tuvo que parar…lo llamaban para coordinar visitas del Presidente al sitio de construccion a las 6am y él —como buen arquitecto— a esa hora todavía no había amanecido, entonces le dijo a la secretaria que llamaba: digale al Presidente que a las 4 am o a las 12 md, sino me parte la mañana…

    A Jorge le molestaba mucho y creo que todavia, que la critica a la plaza fuera que era un centro para la reunión de pachucos…y siempre su respuesta rápida fue: tienen cédula, tienen derecho..

    Yo como ingeniero simplista que soy le pregunté sobre el por qué del color amarillo de un ducto (¿sigue amarillo?) y me dijo: “diay maje ¿de qué color es la mufla de un caterpillar?”

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