La Patrulla Internacional de Bares: De vuelta a los años 50 (Twisters)

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Patrulla de Bares Misión: Twisters
Dónde: Williams, Arizona en EE. UU. (ver mapa)

Twisters

Hay lugares especiales, que no necesariamente tienen que ver con la comida o bebidas del lugar. Algunas veces la ambientación es lo que cuenta, y la zona donde está localizado son las cosas que hacen la diferencia. Este Cronista visitó recientemente uno de esos lugares, me refiero a la famosa diner Twisters en Arizona, Estados Uniudos.

La fama de Twisters es allende fronteras. Ya este Cronista había escuchado sobre ese —ya legendario— lugar, en algunas menciones de viajeros al gran país del norte. Así que acomodamos un viaje, para visitar ese mítico lugar del que tanto habíamos escuchado.

Twisters está ubicado en la ciudad de Willis, en el estado de Arizona, en la célebre Ruta 66, así que como se dice, empecemos por el principio, y conozcamos por que esa ruta es tan famosa.

La Ruta 66 es conocida como la madre de todas las carreteras en Estados Unidos, ya aquel famoso cantante gringo Nat King Colé (si, el que también canta en español Capullo de Alelí) nos animaba a apurar la vida en la Ruta 66; un puñado de balas perdidas recorría la “carretera madre” en busca de una oportunidad; y en la época beatnik, incontables buscadores de la libertad (inspirados por las novelas de Jack Kerouac y por la longeva serie de televisión de los años 60 titulada también Ruta 66) se lanzaron a ese asfalto con la creencia romántica de que podrían disfrutar de una aventura sin límites por el precio de un tanque de gasolina. Su construcción fue encargada en 1926 y llevada a cabo en 1937; en su día recorría 3 940 kilómetros a través de ocho estados, de Chicago a Santa Mónica (California), convirtiéndose así en el camino de baldosas amarillas (recordando aquel famoso yellow brick road de El Mago de Oz) de Estados Unidos para luego ser dejada de lado por las nuevas autopistas interestatales construidas en las décadas de los 50, 60 y 70. Pero ¿cómo se puede matar una ruta que siempre ha tenido tanta alma como asfalto? No resulta sencillo, desde luego, y en la actualidad el 85% de esta carretera (en su mayor parte un tendido de dos carriles que atraviesa zonas rurales) aún sigue ahí, aunque los peregrinos modernos tengan que buscarla para encontrarla.

Pues bien, la Ruta 66 atraviesa el pueblo de Willis, en Arizona. Las franjas alternas de carretera que recorren parte de este estado conducen al viajero atrás en el tiempo y a través de los restos de ciudades fantasmas de hace décadas, donde abundan gasolineras, restaurantes, tiendas, BBQ’s, paradas de camiones y moteles de otra época. Aún es posible conocer lo que es un clásico motel de la Ruta 66, un concepto novedoso en su tiempo que encontró su nicho de negocio y floreció a lo largo y ancho de la legendaria carretera; hay varios de ellos varados en el tiempo que sobreviven a la nostalgia en Willis y otros lugares. También hay algunas gasolineras, bares y diners, de los que Twisters es un sobreviviente.

Twisters está localizado en el centro del pueblo, que es atravesado de este a oeste por la ruta 66, con una calle con dirección este y la otra a 100 mt con dirección oeste, ocupando media cuadra, con entrada por cualquiera de las dos calles, aunque la principal está en el costado norte.

A pesar que se anuncia como un diner (cafetería), no calza realmente en ese concepto. En realidad Twisters es un poco de todo, desde bar, hasta soda, pasando también por una heladería e incluso una tienda de recuerdos. De hecho cuando llegamos los únicos clientes eran unas señoras mayores saboreando un delicioso cono. Esto nos pasó, pues por cuestiones de horario del viaje, solo podíamos visitar el lugar durante la tarde.

El local es muy bonito y lo tienen bien cuidado, haciendo énfasis en los detalles para dar el ambiente de los años 50. Todo el local es retro, incluso el piso es de esa época. La sensación es muy especial, de hecho se pasa un buen rato observando todo el local. Desde que uno llega, lo embarga un sentimiento de nostalgia que nos transporta al pasado. El ambiente es totalmente de los años 50 del siglo XX, eso si, al estilo gringo.

A la entrada del local, en la parte de afuera, lo recibe a uno un modelo Ford Fairlane Crown Victoria color rosa, todo un clásico. Y en la puerta está ni más ni menos que el mismísimo Elvis Presley, que resultó todo un acontecimiento con las patrulleras, que hicieron fila para tomarse una foto con el Rey.

Todo es bonito e interesante, incluso las mesas tienen un detalle muy especial: en todas hay un pequeño juego de solitario, con un libro de acertijos y cosas de esas. Un bonito detalle mientras uno espera por la orden.

En cuanto a la comida, no es muy diferente a otros restaurantes que pululan en EE.UU. Sin embargo, había un especial del día, que eran las costillas de cerdo, ya listas en salsa BBQ; una verdadera delicia, tan es así que la patrullera que ordenó el platillo, terminó chupando el hueso. Este Cronista pidió la Ruta 66 Cheesburger, que resultó todo un clásico; parece pequeña, pero es bien rendidora, y puede quitarle el “filo” a cualquiera. De destacar las tradicionales papas a la francesa, bien tostaditas y crujientes, realmente un punto alto.

En cervezas hay de todo, desde las ya muy normales tipo draft, hasta las de marca como la Corona (muy popular por estos lares) o la Budweiser, solo para citar dos marcas conocidas. Para los menos nostálgicos, en el pueblo está la “Casa del Barril”, un bonito local cervecero de la Historic Brewing Co., donde pueden beber a sus anchas de las cervezas locales.

Mención aparte merece el pueblo de Williams, que en su tiempo fue una dura ciudad fronteriza llena de vaqueros, madereros y trabajadores ferroviarios. El juego y la prostitución eran legales en un área de la ciudad hasta 1907. También fue el hogar de ciudadanos de mentalidad cívica, que forjaron una comunidad y construyeron un centro histórico que han ido restaurando, y ahora luce muy bonito, incluido en esto la estación del Ferrocarril del Gran Cañón que tiene también un hotel. De hecho desde Williams uno puede ir en tren al Gran Cañón que está a 103 km; un viaje que deber ser muy bonito. Este centro clásico fue incluido en el Registro Nacional de Estados Unidos de Lugares Históricos. En la galería de la crónica que escribí del tren, pueden apreciar una muestra de estas edificaciones. También el Internet está lleno de referencias e imágenes de Twisters y el pueblo de Willis.

Twisters

 
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