La Patrulla de Bares: Como un buen perfume (Bar Olafos)

Especial para Cambio Político

Misión: Bar Olafos Dónde: San Gerardo, Guadalupe de Goicoechea (ver mapa)

Olafo el Amargado, es una tira cómica creada por Dik Browne muy famosa. Debutó en 136 periódicos de Estados Unidos el 4 de febrero de 1973. Dos años más tarde, el número de periódicos en los que aparecía había aumentado a 600. Su circulación siguió en aumento y en 2010 ya estaba en 1900 periódicos de 58 países y en 13 idiomas. Parte de su fama reside en los personajes, y el de Olafo tiene dos ocupaciones principales: atacar los castillos de Europa, en especial Inglaterra, e irse de parranda, por lo que muchas veces aparece en la casa o el bar del pueblo tomándose una cerveza. También, ocasionalmente, recibe la visita de su suegra y del recaudador de impuestos. Como ven toda un estereotipo, incluida su relación con su esposa, la mandona y regañona Helga.

Olafo siempre ha sido una de las historietas favoritas de los patrulleros, especialmente de este cronista. Así que, comprenderán la alegría del reporte de un patrullero, sobre un Bar en Guadalupe llamado Olafos. Fue tal el entusiasmo despertado, que se se convocó ipso facto a todos los miembros de la patrulla, para hacerle una visita para catar las bocas, que en la prepatrulla pintaban muy bien. Y los patrulleros somos como los carteros, «llueve, truene o neve», siempre cumplimos con nuestro deber, no importa los sacrificios.

Bar Olafos está ubicado en San Gerardo de Guadalupe, más o menos un kilómetro al este de los Tribunales del Segundo Circuito Judicial o unos 400 mt al este del triángulo de Barrio Pilar, por cierto donde queda «Mi Taberna», que ya en algún otro momento patrullamos. Es pequeño, ocupa una esquina en la calle principal, y es imperdible, pues las paredes exteriores están decoradas o pintadas con algunos de los personajes de la tira cómica, además por el gran rótulo. Por cierto los personajes son el propio Olafo, Cuak el pato de Helga, y el Dr. Zocotroco. Helga no está, por dicha, ¿cuál bar que se llame Olafos, tendría a esa figura mandona y regañona, y que no le gusta que su marido tome? Ninguno que se respete y no quiera ir a la quiebra espantando a los clientes. Pero en cambio, tiene a su mascota, un sádico pato que sigue a todas partes a Olafo, para luego ir a acusarlo de sus faltas con Helga, y que goza viendo los castigos que le propina su ama a él. Eso si se vale, algo así como un recordatorio para no excederse.

 
El caso del Bar Olafos es muy interesante y especial, dado que comparte local con la marisquería Koralitos, aunque con sus espacios bien definidos, que incluso no da lugar a que haya mezcla de clientes, además porque la marisquería, es solo una barra, con algunas sillas tipo bar, de esas alargadas. Pero lo importante aquí es que Olafos usa la cocina de la marisquería para ofrecer bocas y platos fuertes, de hecho el menú de Olafos es el de la propia marisquería. Este hecho hace una simbiosis muy interesante, donde el gran ganador es el cliente. Si alguien de la marisquería quiere una cerveza o un trago, se lo traen del bar, y si alguien del bar quiere una boca o plato fuerte, se lo traen de la marisquería.

Vamos a lo que motiva a la patrulla: las bocas. El menú es como ya dijimos, el de la marisquería, por lo tanto es estilo restaurante, donde las bocas están en la sección «Para picar» o «Recomendaciones», aunque la realidad es por todo el menú, siendo la distinción con los platos fuertes el precio. Una patrullera, adicta a los camarones pidió un «Arroz con camarones», que me hicieron recordar aquel anuncio de la Princesa Marina de “Camarones con arroz”; no eran jumbos, pero si venía una gran provisión de estos. De más está decir que el plato fue muy aplaudido por los patrulleros presentes. Aunque de los más sencillos, el plato de la noche fueron los «Patacones mixtos«, este cronista los pidió por recomendación de la mesera, y fueron un éxito total; son seis patacones en total, pero no estilo normal (aplastado), más bien en forma de canasta, con una provisión de frijoles molidos y guacamole, de ahí el nombre de mixtos. Aunque hay patacones solo de frijoles o guacamole —el llamado Guacatón—, los que hay que pedir son los mixtos. El plato de “Pollo a la plancha” es muy sencillo, un par de pechugas con guarnición de arroz y vegetales, eso si muy bien cocinadas. Los “Dados de queso”, también una muy buena boca, con cinco dados de queso bien tostados en el exterior, y semicremosos por dentro, como debe ser, acompañados de una deliciosa salsa de BBQ. El fuerte por supuesto, es los mariscos; uno de los patrulleros vio a la entrada en la acera, que se anunciaba un “Pescado entero”, así que decidió ordenarlo y no se arrepintió, le trajeron un pescado bien grande, que lo tuvo relamiéndose y entretenido un buen rato. La “Costilla a la BBQ” una delicia total, prepárense para chuparse los dedos, son tres porciones de costilla, tamaño medio, con la misma salsa de los dados de queso, lo que les da un gran sabor, viene acompañada con yuca frita, lo que es ideal.

Como ya mencionamos, prepárense a que algunas órdenes sean más un plato que una boca, y recuerden que esto también se refleja en el precio. Las saloneras son muy amables y la atención muy buena. En cuanto al título de la crónica “Como un buen perfume”, es debido a que dado lo pequeño del lugar, la buena cocina y atención; nos hizo recordar aquella frase “los buenos perfumes vienen en frascos pequeños”, que trasladado al Bar Olafos, sería algo así como “los buenos bares están en locales pequeños”.