La Esperanza no es anclarse en los rostros del pasado

Ocean Castillo Loría

Ocean Castillo Loría

La política es ciencia de realidades, pero lo increíble en ella, se torna en muchas ocasiones creíble.

Cuando se aborda el tema de la cuestión electoral de cara al 2022 en el PLN, el futuro se vuelve pasado.

Parece que emergen aquellos rostros que en el siglo pretérito fueron novedosos, pero que ahora no lo son. Las “viejas lecturas de la política”, que han demostrado ya no funcionar (El PLN ha perdido 2 elecciones seguidas y en la última, ni siquiera llegó a la segunda ronda. Este último dato, sí es diferente a otras campañas); retornan, mostrando que mucha de la dirigencia del partido, no ha aprendido la lección que el pueblo le quiere dar.

Por si fuera poco, muchos de los potenciales precandidatos, asumen la moda: “enmascaran” sus verdaderas intenciones, en una “corrección política”, que también es del pasado: no dicen lo que piensan: ¿Cómo puede esperarse que hagan lo que dicen una vez que lleguen al poder?

Solo para poner un ejemplo de esa “corrección”: tal parece que algunas personas que se mencionan como precandidatas, dicen que el partido requiere un liderazgo fuerte, pero viene uno a ver la historia (Que no es lo mismo que anclarse en los rostros del pasado) y, algunos “salieron corriendo”, estuvieron en otros partidos, fundaron otros partidos, hablaron de “ratas y cucarachas”: ¿Son ellos los que nos darán un liderazgo fuerte?

Otros están como el dicho: “no la quiero, no la quiero, pero échamela en el sombrero”: revestidos en el vetusto discurso de: “ahora lo que importa es el interés nacional, no es tiempo de hablar de precandidaturas”, lo que han hecho es: poner al PLN como cómplice de un cogobierno tripartidista, esto, con la pésima lectura “maquiavélica” de decir: “ayudamos al PAC, para que el electorado vea nuestras buenas intenciones y nos brinde el poder en el 2022”.

Son quizás, los mismos que enquistados en el pasado dicen: “Al PLN ya le toca gobernar”. Se olvidan estos dirigentes, que el desencanto ciudadano es grande y que, como dicen algunos analistas (Tal es el caso de Claudio Alpízar Otoya): “El PLN es un gigante entre enanos”.

Los de más allá, también atados por el pasado, dicen: “algunas personas, se han acercado a hablarme…” y como lo expresan algunos costarricenses de mediana edad: “ya esa es muy vieja”, recuerdan las frases de don Ricardo Jiménez: “No soy yo, son un grupo de gentes o las bases del partido, que me piden me meta en esta lucha”.

Y de nuevo: viene uno a ver, y muchos de los que así hablan, ni siquiera tienen pensamiento socialdemócrata o están ligados a sectores plutocráticos, que aspiran, a que el dinero sustituya a los electores.

No bastan “caras nuevas” si su pensamiento es economicista o monetarista. Para esa gracia, francamente, “caras nuevas”, también hay en la derecha del país: baste mencionar a algunos que se dicen, “liberal – progresistas” o los encantados por eslóganes electorales, que pregonan: “juntos podemos”.

Ahora bien, lo que dicen algunos dirigentes del partido es cierto: iremos hacia el Bicentenario de nuestra independencia en una situación desastrosa. Aquí de nuevo, entra la “corrección política” de muchos: “se requiere una persona de experiencia para gobernar”.

El asunto es, que aquí debe comprenderse que lo que algunos llaman “experiencia política”, para el pueblo costarricense, es evidencia de decepción y desencanto político: ¿No fueron muchos de ellos en el pasado, parte de lo que se llamó “la revolución de las caras nuevas en el PLN”?

¿No eran ellos, los que hablaban de una política económica “a la tica” y de un retorno a la socialdemocracia en el PLN?: ¿Y en qué terminó todo aquello?: en un periodo de nuestra historia política contemporánea, de confrontación en palestras como la Asamblea Legislativa, para luego olvidar el retorno a nuestras raíces ideológicas, y terminar pactando la profundización del modelo de liberalización económica.

Por cierto, ya esos “rostros del pasado”, han querido volver a la palestra electoral y las mismas bases del partido los han rechazado… aún más, el mismo electorado costarricense, los ha rechazado, los sigue rechazando.

Aquí, cabe un argumento más: quienes piensan que “esos rostros del pasado”, van a llevar al PLN a una victoria electoral, olvidan la estadística: la base del PLN “única y exclusiva”, no es suficiente para ganar elecciones, a lo sumo, para llegar a una segunda ronda electoral y sin crecimiento, caer en ella derrotados.

Súmese que, en esta línea, tal parece que solo “los viejos conocidos”, pueden moverse en el escenario internacional: “pueden llamar a fulano, pueden tomarse un café con zutano”: bajo esa idea (Volvemos a la historia): gentes como Kennedy, Bill Clinton, Obama o en Costa Rica, Oscar Arias, nunca hubieran llegado en su momento, haciendo “sus primeras armas”, al poder.

Por otro lado, de nuevo, algunos dirigentes tienen razón: el próximo gobierno, será de reconstrucción nacional (Ya esto le ha tocado al PLN, con el recordado Luis Alberto Monge), debe ser un gobierno de convergencia.

¿Pero en qué debe consistir esa convergencia?: ya lo habíamos dicho, en nuestro último artículo (https://bit.ly/3bUtREG); pero vale la pena resumirlo:

– Debe construirse una política para el servicio.

– Una economía para la solidaridad.

– Una cultura para la verdadera libertad (Libertad “en y desde” el servicio)

Para ello, debemos lograr una síntesis ideológica:

– Ésta debe implicar respeto al marco jurídico del país en materia política, económica y social.

– Una visión humanista – cristiano – liberadora.

– Las tesis fundamentales de la socialdemocracia costarricense.

– Defensa de la Soberanía Nacional.

Como puede verse, no es cuestión de decir: “estoy trabajando en propuestas para el país” (Diríamos nosotros: “íngrimos, solitos”. Posición propia de políticos ego – centrados); se trata de ir creando un Movimiento de Esperanza Nacional.

Adicionalmente, el anclaje en el pasado, de algunos dirigentes del PLN, llega a tal nivel que, caen en el “personalismo”, lo cual fue propio de nuestra época liberal, en el sistema de partidos políticos: “yo soy Ricardista”, “yo soy Cortesista”, “Solo Don Cleto nos va a sacar de la crisis”; estas “ideas viejas ticas en política”, han llevado a tal delirio a alguna dirigencia que:

A) Olvidan que el PLN debe ser un partido permanente e ideológico.

B) Hablan de elecciones internas cerradas (Que escoja la Asamblea Nacional, o el manido “padrón verde”)

¿Qué saldrá de estos delirios?: la derrota del PLN en el 2022. El electorado está sediento de ideas, de propuestas con caras frescas, que surjan de lo más sagrado de la voluntad popular y no de conciliábulos personalistas (Por cierto: ¿No era el PLN, el que criticaba a sus opositores por escoger a sus candidatos en una especie de “clubes plutocráticos”?)

Los dirigentes del PLN que no tengan esto claro, con todo respeto y a la tica: “están meando fuera del tarro”. Quizás por estar “solitos trabajando en propuestas”, no se han dado cuenta, que las bases sociales del voto en Costa Rica, han cambiado: nuestras juventudes, toman más poder electoral y ellas, no piensan en candidatos salidos “de la cerrazón de cúpulas partidarias”.

En suma, que el escenario electoral en el PLN, está cuajado de frases trilladas, pero también de algunas tesis veraces: en efecto, la situación del país es muy grave y el PLN debe demostrar a partir de propuestas concretas, que es un partido con vocación de gobierno.

Pero aquí cabe una tesis propia de las Ciencias Políticas (Al fin y al cabo, somos analistas): no bastan propuestas, sean éstas teóricas (Recuerdo a un profesor que nos decía: “usted puede tener la mejor teoría política del mundo, pero si no la lleva a la realidad, sirve de muy poco”) o muy concretas, sino tiene liderazgo político; de igual modo, ya hemos dicho, que de nada sirve ser “cara nueva en la política” o “creerse líder”, sin propuestas.

Entonces: ¿Qué se requiere?: lo que, desde hace siglos, planteó Aristóteles: “el justo medio”: liderazgo político con planteamientos y planteamientos con liderazgo político. Solo de este modo, se pueden ir, uniendo voluntades partidarias (Y más allá del partido), para bajo esa unión, en una gran bandera reformista, caminar, a un Movimiento de Esperanza Nacional, con propuestas y con liderazgo para ejercer el poder.

Se trata de ir construyendo, un Camino Propio, un Camino Socialdemócrata, un verdadero Camino Liberacionista, con seriedad, responsabilidad y compromiso…

Precisamente, en estos días, aparece una nota en un medio digital (https://bit.ly/2FBaDaQ), en el que se tocan muchos de los temas, que en este texto venimos tratando.

Por cierto, si venimos diciendo que: muchos de los potenciales precandidatos, asumen la moda: “enmascaran” sus verdaderas intenciones, en una “corrección política”, que también es del pasado. La nota positivamente discordante, la da el analista político, Claudio Alpízar, quien efectivamente, ha declarado sus aspiraciones presidenciales.

Pero no solo eso: de las declaraciones de Alpízar, se deduce que no está: “trabajando íngrimo solito”, sino, que, según sus palabras: “no soy yo, somos un grupo ya bien grande de gente que estamos trabajando para buscar esa oportunidad entre Liberación Nacional”.

He aquí lo que podríamos denominar: las bases de un Movimiento de Esperanza Nacional, tal y como lo venimos planteando desde hace algún tiempo, gentes como el periodista Fernando Fernández y este servidor.

Alpízar habla de: “un grupo de más de 500 personas” y nosotros repetimos: este es el germen de un Movimiento de Esperanza Nacional…

De un Movimiento, que no mira hacia el pasado cerrando puertas de participación política. Dice el precandidato: “…creemos que un partido político como Liberación Nacional tenga tantas opciones de candidatos o precandidatos a la presidencia de la República”.

Como puede verse, hay Movimiento, pero también hay liderazgo político que no teme decir la verdad: “…los partidos siempre tienen vida propia e independiente” (Y como lo hemos dicho líneas más arriba: esto de la independencia, parecen haberlo olvidado algunos dirigentes partidarios, en sus equivocadas lecturas maquiavélicas)

Siguió declarando Alpízar: “…y eso además le permite como una válvula de escape a los costarricenses y es justamente lo que están viendo en Liberación Nacional la posibilidad de regresar al poder y les permiten ir evaluando a los diferentes actores”.

Ahora bien, esto de: “…una válvula de escape a los costarricenses”, en un momento como el presente, es clave: de nuevo, la política es ciencia de realidades, no se trata desde la voz del resentimiento o de “la calentura política violeta”, exigir renuncias presidenciales. Se trata de no olvidar la democracia representativa y participativa, que tiene como uno de sus ejes, el sistema de partidos políticos (Solo por ellos, puede haber postulación para alcanzar el poder)

Así las cosas: algunos dirigentes del partido tienen razón: definitivamente la agrupación requiere nuevos liderazgos, la peor equivocación es, como hemos dicho aquí, anclarse en los rostros del pasado.

En efecto, hay rostros nuevos, pero no están “íngrimos solitos”, están respaldados por un Movimiento con liderazgos y con capacidad intelectual, para tener, lo que por lo menos desde hace unos 16 años, no tenemos: un excelente gobierno, salido éste, de las filas del Partido Liberación Nacional.

Entre tanto… algunos políticos “nuevos o de los de siempre”, están “con la calculadora en la mano” y otros, estos sí, “de los de siempre”, están, aunque parezca un galimatías, como el título de aquella película de los X – Men, viendo: “Días del futuro pasado”.

Por nuestra parte: seguiremos en la línea de proponer las bases ideológicas de un gran Movimiento de Esperanza Nacional y analizando la historia y la política nacional e internacional, para nuestros queridos lectores.

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