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José Francisco Bolaños Arquín
josebolarquin@yahoo.com
Por muchos años se ha venido planteando en los medios de comunicación, ciudadanos y Asamblea Legislativa, un debate en relación con la permanencia o cierre de la Dirección de Inteligencia y Seguridad Nacional. En este artículo trataré de expresar mi punto de vista, no como experto en ese tema, sino como Administrador de Negocios.
“La Agencia de Seguridad Nacional se creó el 1 de setiembre de 1963, bajo la dependencia del Ministerio de Seguridad Pública. En 1986 por medio de un decreto, se trasladó al Ministerio de la Presidencia. En 1994 se aprobó la Ley General de Policía, que establecía la Dirección de Seguridad del Estado y se emitió el Reglamento de Inteligencia y Seguridad Nacional. Dentro de sus funciones podemos citar: 1) Detectar, investigar, analizar y comunicar riesgos para la independencia o la integridad territorial o pongan en peligro la estabilidad del país y sus instituciones. 2) Coordinar con organismos internacionales asuntos de seguridad. 3) Ejecutar labores de vigilancia en materia de seguridad del estado y sus bienes, entre otros.
En relación con las amenazas que sufre el mundo, nuestro país está inmerso en esa problemática. En 1985 se detuvo al narcotraficante Caro Quintero, haciendo millonarias inversiones, con el propósito de controlar su imperio desde Costa Rica. En la actualidad existe un aumento vertiginoso del trasiego y venta de armas y drogas, redes de trata de personas, aparición del sicariato, incremento en el lavado de dinero, prever actos de terrorismo e invasión territorial como el de Isla Calero. Recientemente se desmanteló la mayor organización a nivel mundial, realizando estafas y transacciones, gestadas desde Costa Rica, para nombrar algunos.
La inteligencia es una especialidad y un instrumento eficaz para prevenir riesgos que amenazan nuestra estabilidad. Por lo tanto, la DIS requiere ser una organización, capaz de diseñar una estrategia de seguridad transparente, ser un elemento vital en la conducción de un estado moderno que permita la conservación y fortalecimiento de la democracia en una lucha frontal contra el Crimen Organizado.
Es importante aprovechar la gran experiencia en cincuenta años de operar, recibiendo asesoría y capacitación de las mejores agencias de países amigos, lo que ha permitido contar con personal altamente calificado. La DIS requiere una reestructuración organizacional y legal, de acuerdo con las exigencias que impone un mundo cada vez más complejo y limpiar ese estigma que se le ha creado a su alrededor.
En relación con su organización, lo más conveniente desde el punto de vista administrativo – gerencial y de control interno, es nombrar un director a tiempo completo. Contar con graduados universitarios en diferentes carreras, requisitos que exigen organizaciones similares, con el fin de poder contar con personal de alto perfil, promover la estabilidad, facilitar el ascenso, el pago de la exclusividad, además de la carrera policial.
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