Ignorancia: el combustible de los chaves y los trump

Luis Paulino Vargas Solís

Luis Paulino Vargas

En Estados Unidos, Trump persigue a las grandes universidades aduciendo, con el más descarnado cinismo, que son “nidos de izquierdistas” y “centros de adoctrinamiento”. Y lo dice un tipo cuya intolerancia fascista y extremismo de derecha se desborda en riadas incontrolables. O bien, y en griterío con sus aliados sionistas, proclama querer impedir el antisemitismo. Cuando, en realidad, su único propósito es lanzar un manto de impunidad sobre la horrorosa tragedia humana que el gobierno y el ejército de Israel están ocasionando en Gaza, con plena implicación de la Casa Blanca.

No, a un fascista como Trump lo que le molesta de las universidades estadounidenses es la libertad, el pluralismo de las ideas, el pensamiento crítico, el reconocimiento y respeto hacia las múltiples facetas de la diversidad de lo humano. Le molesta la ciencia y el arte y la educación y el debate de las ideas, porque sus ímpetus de dictador necesitan de la ignorancia para prevalecer.

Muy similar, si no idéntico, en Costa Rica: con Rodrigo Chaves y Pilar Cisneros y su recalcitrante feligresía. No es casualidad que usen exactamente los mismos términos para referirse a las universidades públicas costarricenses: “guarida de zurdos”, “escuelas de adoctrinamiento”. Afirmaciones que nacen, o bien de la más cerrada ignorancia o bien de la más maloliente mala intención. Seguramente de ambas.
Y, claro, querrán sacar a relucir los cuestionamientos recientes en relación con la construcción de algunos edificios, algunos manejos inapropiados en organizaciones estudiantiles o ciertas metidas de patas de algunas autoridades.

Frente a lo cual mi respuesta, y la de todos y todas las universitarias honestas, es la de siempre: que se investigue, que se sienten responsabilidades, y, en fin, que cada palo aguante su vela.

Muy distinta a la típica respuesta chavista: siempre cohonestando la corrupción, siempre exigiendo a gritos impunidad para la letanía inacabable de irregularidades, chanchullos, mentiras y cochinadas de Chaves y su gente.

Pues bien, este es el último acto del fascismo chavista: impedir que un grupo de científicos de la UCR puedan participar en espacios políticos importantes dentro de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), en Niza, Francia.

Un acto de mezquindad absoluta, que, sobre todo, es un acto que ofende y agrede a la ciencia y la academia costarricense.

Las voces más calificadas, la de la gente realmente estudiosa que sí sabe de qué va el asunto. Esas voces quedaron excluidas. Para que, entretanto, los politiquillos y demagogos y charlatanes que rodean a Chaves exhiban las galas de su vaciedad y su ignorancia.

Es denigrante. No tan solo para las universidades ni tan solo para la UCR. Para Costa Rica entera.

Para leer, link aquí y en comentarios.

Economista jubilado

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