Ideas locas de un tico cuerdo

Cuaderno de Vida

Gustavo Elizondo Fallas

Gustavo Elizondo

Luego de superar la tentación de escribir sobre las medidas del nuevo Poder Ejecutivo y tratar de cumplir con lo que solicitamos para otros gobernantes, dar espacio para que desarrollen sus propuestas y esperar resultados, ante la golpiza que se está llevando el pueblo con una inflación galopante, indicador económico considerado como el peor de los impuestos, vamos a hacer lo de la tortuga, sacar la cabeza de nuestros caparazón de tolerancia y plantear una idea que nos bulle desde nuestros tiempos de colegio, ahí perdonen la distancia.

No sé si les sucede lo mismo, pero cuando voy al supermercado y me encuentro el tomate a ₡300 el kilo, incluso de muy buena calidad, no crean que me alegro, lo primero que me pasa por la mente es que posiblemente al productor los intermediarios no le pagaron más de ₡200 por su cosecha, lo que significa un precio ruinoso, incumplimiento bancario y una situación económica frágil, a un paso de la pobreza. Al igual, cuando el precio se acerca a ₡3 000 el kilo, el sentimiento se transforma en molestia porque aquí también, el gran beneficiado es el “lagartón” que solo requiere manejar un buen efectivo, un par de camiones y él es quien se aprovecha de la situación.
Tenemos varios actores en esta sátira, por un lado, el productor agrícola, con su hábitat en las laderas del Irazú, del Poás o de los lados de Zarcero, nos enfocamos en 5 productos fundamentales en la mesa de los costarricenses, muy sensibles a cambios de precios y por lo tanto generadores de inflación: papas, zanahorias, cebollas, chiles, y tomates; sumamos aquí que estos productos están invadidos por intermediarios “lagartones” que manejan a su antojo el CENADA y otros centros de distribución; en la propuesta estos productos serán regulados por el poder ejecutivo, pero de una forma inteligente, donde trataremos de que todos ganen. El funcionamiento se explica aquí:

  1. Se deben determinar zonas de cultivo para cada uno de estos productos donde las condiciones agroclimáticas sean más favorables, no hay que descubrir el agua tibia para saber que los dos primeros son de zonas altas y ojalá con suelos de origen volcánico, que el tomate y el chile son de zonas templadas o con clima artificial (invernaderos) mientras que la cebolla se comporta mejor en zonas como San Ana, donde confluyen varios factores de suelo, temperatura y precipitación. Aunque no se prohibirían las siembras en cualquier lugar del país, los programas de financiamiento y el acompañamiento técnico tendrían prioridad en estas regiones.
  2. Un estudio técnico establecería el avío de cada uno de estos cultivos, considerando un ingreso al productor en su papel tanto de trabajador como de administrador de su cultivo; para determinar este costo es obligatorio que el MAG ponga a sus profesionales a salir del calor de sus escritorios y que in situ recopilen la información para determinar estos avíos en forma correcta y oportuna; se pueden respaldar con la tecnología como el uso de drones.
  3. A partir de aquí entraría un PIMA (Programa Integral de Mercadeo Agropecuario) reforzado que establecerá una banda de precios para cada producto, donde el piso estará determinado por el valor del avío y la producción promedio, más un porcentaje de comercialización (15 % por ejemplo) y un techo que sugerimos en un 50 % sobre el avío, pero que se puede analizar. Cualquier venta por encima de este techo se considerará como especulación y por debajo, competencia desleal, con las acciones legales que esto significa.

A manera de ejemplo, si el avío del tomate indica que la producción de cada Kg es de ₡ 500, el piso quedaría en ₡ 575 y el techo en ₡ 862; esto es solo un ejemplo, los estudios determinarían los valores reales.

Para la aplicación de esta propuesta, se deben implementar salvaguardas arancelarias en defensa para la producción nacional, no se trata de posiciones ideológicas, se trata de la lógica que usan otros países en el mundo en defensa de sus agricultores y la soberanía alimentaria.

Las ventajas de esta propuesta se enumeran a continuación:

  1. Garantiza la permanencia de los productores y sus familias en el campo, sin llevarlos a situaciones de sobreoferta y precios ruinosos.
  2. Desestimulo a intermediarios lagartos que están acostumbrados a comprar la cosecha al productor y llegar a Cenada u otros puntos de mercadeo a especular y manejar los precios.
  3. Ayuda al control de la inflación, no se llegarían a los precios prohibitivos que han tenido estos productos.
  4. Estos productos tienen un papel fundamental en una dieta saludable, por lo que es importante mantenerlos al alcance de las mayorías.
  5. Dentro de la banda permitida, se pueden acomodar las calidades, la primera podría aspirar al techo, la segunda a un valor intermedio y calidades inferiores, en especial por tamaño como la papa “arreflis”, se venderán a precios cercanos al piso.
  6. Como el avío se hace sobre producciones promedio, el productor tendrá la oportunidad de mejorar sus ingresos con un incremento a la productividad mediante BPA (buenas prácticas agrícolas), con costos marginales decrecientes.

Esta iniciativa tiene respuesta para los grupos de presión, por un lado, los productores que merecen tener un ingreso justo y por otro los consumidores, que tendrían un producto fundamental en su dieta en precios adecuados. La propuesta la hacemos con 5 productos, pero se pueden analizar otros. ¿Y los lagartones? Que vayan a hacer negocio con otros sectores o se mantengan en su papel de intermediarios, sin pretender hacerse millonarios de la noche a la mañana.

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