Hacia febrero…

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Hasta la reparación al monumento a Juan Mora Fernández, primer Jefe de Estado de Costa Rica, ubicado en la plazoleta frente al Teatro Nacional, se quedó para después del Bicentenario. Ahí, abandonado a las inclemencias del clima y, como siempre, a la tica, para después, cuando se pueda y si alguien se acuerda… queda esa estatua al maestro de escuela que asumió la Jefatura del Estado en el momento de la Independencia Nacional.

La celebración del Bicentenario nos importó a pocos y se limitó, oficialmente, a unos juegos artificiales, superfluos y sin gente en el Estadio Nacional.

Lo que sí no puede quedar para más allá de febrero del 2022 es que los costarricenses decidamos entrarle a fondo y con firmeza a la solución de los críticos problemas institucionales, económicos y sociales en que nos encontramos al celebrar estos 200 años en este mes de setiembre. O lo hacemos en serio o corremos el riesgo de convertirnos en otro país fallido.

Tenemos que cambiar el rumbo, reencontrarnos de nuevo con el camino costarricense y optar por el cambio y la transformación democrática, en las elecciones de febrero del 2022. El país urge de una positiva inflexión histórica.

En las urnas electorales, con nuestro voto, tendremos que enfrentar una severa y profunda crisis que afecta a más de 500.000 desempleados y dos millones de compatriotas en condiciones de pobreza y un Estado Costarricense que se volvió disfuncional, ineficiente e incapaz de generar las condiciones y los equilibrios necesarios, entre el sector público y el sector privado, para alcanzar el “bienestar del mayor número” como razón de ser de la II República.

La decisión será eminentemente política y en libertad, en las urnas electorales. Hacia febrero del 2022, tendremos que valorar, objetivamente y con sentido crítico, los nombres de los postulantes a la Presidencia de la República, sus Vicepresidentes y más inmediatos colaboradores, sus equipos de trabajo para el Poder Ejecutivo y para integrar la Asamblea Legislativa, sus ideas y propuestas, sus soluciones y sus Programas de Gobierno, la trayectoria, experiencia y la capacidad o no, de sus hombres y mujeres, más allá de las palabras y las promesas de esta próxima campaña electoral. Debemos votar a conciencia, y con inteligencia. Valorar todas las opciones y decidirnos por la mejor de todas.

El futuro gobierno no debe ser un gobierno sin soluciones y de improvisados.

Tendrá que ser un gobierno de efectiva transformación nacional, en el orden de las reformas constitucionales, legales y administrativas que debemos hacer; pero también un gobierno con liderazgo y cultura de diálogo con todos los sectores y de trabajo, decisiones sin miedo, energía y determinación para hacer lo que se tiene que hacer y gobernar en serio y de verdad, para lograr la reactivación de nuestra maltrecha economía y la superación de la crisis social.

Eso le debemos a estas raquíticas celebraciones de los 200 años de Costa Rica.

Revise también

Costa Rica no es un chuica

Armando Vargas Araya El régimen conservador británico ha pretendido utilizar nuestra pulcra marca país en …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cambio Político
Este sitio usa cookies. Leer las políticas de privacidad.