Erupción del volcán Nyiragongo: los gorilas de montaña están a salvo

Por Henry Wasswa y Ralf E. Krüger (dpa)

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Un gorila de montaña en el Parque Nacional Virunga, en el este de la República Democrática del Congo. La región con su combinación de sabanas, selvas tropicales y volcanes es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y alberga a gorilas de montaña, una especie en peligro de extinción. Foto: Philipp Laage/dpa

Tras el sobresalto inicial que supuso la reciente erupción del volcán Nyiragongo, Andrew Seguya puede ahora respirar aliviado: «Nuestros gorilas están a salvo, pero también sintieron los temblores de forma similar a los humanos», señaló a la agencia dpa el secretario ejecutivo de la Cooperación Transfronteriza del Gran Virunga.

La erupción se produjo en la zona este del área protegida, que se encuentra en la región trifronteriza formada por Uganda, Ruanda y la República Democrática del Congo.

Representantes de la Fundación Internacional Dian Fossey, entidad destinada a proteger a los gorilas, expresaron un alivio similar: «Afortunadamente, los gorilas y su importante hábitat están a salvo».

Celestin Mahinda, jefe del observatorio vulcanológico de la ciudad fronteriza de Goma, en el Congo Democrático, explica que los flujos de lava atravesaron principalmente partes de la zona protegida.

El Virunga se encuentra en una región en crisis y se considera el parque nacional más biodiverso y antiguo de África. El área, con una superficie de casi 16.000 kilómetros cuadrados cubiertos por selvas tropicales, sabanas y volcanes, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO y también alberga a gorilas de montaña, especie catalogada como en peligro de extinción.

Turistas de todo el mundo han regresado ahora a este biotopo único para admirar su impresionante flora y fauna. La caminata hasta la cima del volcán activo también se considera un punto culminante de la visita.

Cuatro turistas que habían quedado varados en la cima del Nyiragongo tras su erupción fueron escoltados hasta el valle por miembros de un instituto local de conservación de la naturaleza. Al éxito de la operación contribuyó el hecho de que la lava incandescente se había abierto paso hacia la superficie principalmente por los flancos de la montaña.

Uganda, en particular, está permitiendo que los turistas vuelvan a entrar en el país tras la relajación de las restricciones de ingreso impuestas por la crisis derivada de la pandemia de coronavirus. Los gorilas de montaña son una de las atracciones principales de la región.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), solo hay algo más de 1.000 gorilas de montaña en el mundo, y estos habitan en dos zonas de África Oriental: en el macizo de Virunga, que se encuentra en la región trifronteriza, y en el Bosque Impenetrable de Bwindi, en Uganda.

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El Mikeno, en la República Democrática del Congo, es uno de los volcanes del Virunga, la región que se reparte entre tres países africanos y en la que habitan los gorilas de montaña. Foto: Philipp Laage/dpa

En lo que respecta al turismo para ver gorilas, Uganda transita por una línea muy fina y riesgosa: por un lado, es cierto que la conservación de la naturaleza necesita los ingresos del turismo; por otro, también es verdad que el genoma de los gorilas es similar al de los humanos.

Para evitar que los raros animales se contagien con el coronavirus, los guardas del parque nacional han recibido instrucciones de prestar la máxima atención a las medidas de higiene.

La distancia mínima a los animales es ahora de diez metros, las máscaras protectoras son obligatorias y se recomienda la vacunación. Además, un instituto de la capital ugandesa, Kampala, examina regularmente las heces de los animales para detectar posibles infecciones.

«Esto se hace para proteger a los gorilas de las infecciones transmitidas por los humanos ante la actual pandemia», explica Gladys Kalema, de la organización de bienestar animal Conservation Through Public Health (CTPH).

En esta región políticamente inestable, los animales no solo están amenazados por las erupciones volcánicas y las infecciones, sino también por los ataques de grupos rebeldes.

Según activistas de derechos humanos, al menos 170 personas han sido secuestradas cerca del parque en tres años. Las víctimas —muchas de ellas mujeres— han sido golpeadas, torturadas, violadas y chantajeadas, según informó el año pasado la organización de derechos humanos Human Rights Watch. Guardabosques y gorilas han sido asimismo víctimas de asesinatos.

Conforme a un estudio publicado el año pasado, la recuperación de la población de estos grandes primates ha planteado un nuevo problema. En el marco de la investigación, los científicos analizaron datos sobre el desarrollo de una población de gorilas de montaña en el macizo de Virunga durante cinco décadas.

Los académicos constataron que los grupos originales se dividieron varias veces cuando los «espaldas plateadas», gorilas machos adultos, más jóvenes comenzaron a desafiar a los líderes de más edad.

Según los resultados del estudio, de los tres grupos existentes en 2006 resultaron once más pequeños en la misma zona, con el problema de que las nuevas comunidades de gorilas no pueden desplazarse a otras áreas en búsqueda de nuevos territorios.

Y ahora, además, el volcán: incluso días después de su erupción, el gigante seguía retumbando amenazadoramente, aterrorizando a personas y animales.

dpa

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