El soberano habló en Curridabat… pero ¿Qué fue lo que dijo?

Por José Solano

José Solano

Este 2 de febrero, el pueblo de Curridabat se manifestó nuevamente en las urnas. En el caso de un análisis aislado a la coyuntura actual y sin conocer el contexto histórico de los últimos treinta años de acontecer político del cantón, podría ser interpretado como un claro triunfo del oficialismo, ergo el cantonal Partido Curridabat Siglo XXI. No es el caso.

En diciembre del año 2010, la votación para esa agrupación, representada por su principal figura Edgar Mora Altamirano en la alcaldía municipal, alcanzó su máximo porcentaje de apoyo, con un 74% de los votos válidos de esa elección. Si a eso le sumamos el dato de la votación de febrero del mismo año en las elecciones nacionales que le dan 4 regidores, el mandato del pueblo de Curri fue más que fuerte y claro, contundente.

Si nos vamos unos ocho años más para atrás, tenemos que, desde que existe la figura de alcalde de elección popular, la agrupación Siglo XXI es la única que ha estado en el cargo. Para el 2024, cumplirán 22 años. Antes de esto, al Ejecutivo Municipal o alcalde, lo elegía el Concejo Municipal, que como en el resto del país, era manejado por el bipartidismo. La gente recuerda que regidores con mucha honorabilidad y prestigio se mezclaban con los llamados “pega-banderas”, que sólo ejercían los cargos por favores a candidatos de procesos nacionales con cero arraigo ni agendas locales, muchos incluso llegando a actos reñidos con la ética, moral y la legalidad.

Además, en Curridabat, esa coyuntura se une a intereses empresariales de un grupo específico que los ha financiado y promovido, con un enorme capital, que había que devolver de alguna manera.

Con este panorama, este municipio se convirtió en estos años, en un instrumento al servicio de un grupo de interés económico y, paralelamente, a la carrera política del que mayor tiempo ocupó el cargo, del que salió solo con la escalada a un puesto público que lo puso en la palestra nacional y le dio la exposición acorde a sus aspiraciones, que algunos dicen pronto serán presidenciales.

Es así como los “logros” endilgados a este grupo oficialista, son el “recoger eficientemente la basura” y “construir parques bonitos, en especial para perros”. Pero, siendo estos los mismos logros que “presumen” otras municipalidades, queda poco claro porqué han logrado vender la imagen de “innovación” a muchos que no viven el cantón o sólo duermen en él, en los nuevos desarrollos inmobiliarios de Ganadilla Sur, Pinares o Lomas de Ayarco y son del grupo social beneficiado de la agenda del “siglo XXI”.

Si usted pregunta a quienes prefiere el ciudadano común, en estos años más recientes, le dirán que votan por un partido cantonal porque se les hace más cercano y esperan mejor comprensión de su realidad, o porque perciben también que son más “honestos”, como si ese atributo fuera exclusivo de un tipo de partido, o la corrupción lo fuera de otro.

El otro Curri, el de los viejos vecinos de los barrios más tradicionales, la cada vez más reducida clase media, o incluso de los sectores más pobres, en Granadilla Norte, Barrio San José o Tirrases, o los MiPyMes dueños de emprendimientos como sodas, pulperías o pequeños comercios, que resulta le estorban a los “dueños” del oficialismo, porque ocupan su clientela para los nuevos comercios en los pisos inferiores de las torres de condominios de lujo… esos curridabatenses, están hartos de esa agenda. Con “bolardos” o con trabas burocráticas a la medida, les cierran sus pequeños negocios o los espacios que alquilan medianos o grandes empresarios, que no son del grupo exclusivo.

Esos, quieren tener una opción política electoral nueva. Aquí, los partidos políticos en la oposición juegan su rol, sea en contubernio fingiendo estar contra ese poderoso partido mal llamado cantonal, pero recibiendo sus contribuciones económicas en sus campañas nacionales, o simplemente por sus egoísmos personales al ser incapaces de unirse para aglutinar la demanda de una mayoría que este domingo 2 de febrero se expresó, a como los partidos participantes se lo permitieron, o sea, divididos.

Este pasado 2 de febrero, contrario a aquella votación del 2010, son más quienes votaron en contra de Curridabat Siglo XXI en esta ocasión, que ganan con solo un 35% de los votos válidos de gente que no meditó que votó en favor de seguir como uno de los cantones más inseguros, con un Tirrases en los puestos más rezagados en desarrollo humano y desigualdad por una municipalidad preocupada por “branding” como “Ciudad Dulce” pero que no produce atracción de inversiones y más bien las aleja generando más desempleo. A eso añada que sólo un 29% del padrón de posibles electores (muy posiblemente convencidos de lo “inútil” de su voto), contra un 65% de votantes que querían un cambio. Pero, las opciones estaban divididas, como dividido quedó ese voto protesta.

A algunas de las ofertas opositoras a la alcaldía, en especial la otrora segunda fuerza electoral, les debe caer el guante. La que quedó más cercana al porcentaje oficialista, me consta, procuró advertir y lograr la única vía realista de éxito y fueron desoídos.

Los que, por vanidad o componenda, dividieron y descarrilaron la voz del soberano, deberán cargar en sus conciencias, si es que las tienen, sus actos y despropósitos. Que cada palo aguante su vela.

Yo no culpo al pueblo, porque la voz del pueblo es la vos de Dios. Los que fueron incapaces de oírla, son los que la historia cantonal juzgará.

Ex regidor municipal

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