Camilo Rodríguez Chaverri
Están organizando una marcha para pedirle al presidente Solís que renuncie y se convoque a nuevas elecciones. Es un disparate. Es el acabóse del irrespeto a la democracia. El Presidente Solís llegó con una abrumadora mayoría. Sin embargo, aunque hubiera ganado por un solo voto, debe respetarse el mandato del pueblo, el mandato del soberano.
Además, una protesta de esta envergadura no se justifica si el Presidente no ha cometido serios y terribles actos de corrupción. don Luis Guillermo es un hombre sano y bien intencionado.
Tenemos un presidente serio. Un presidente honrado. Un presidente honesto.
Luis Guillermo Solís es una persona preparada, una persona culta. No merece ese improperio, ese despropósito.
Y tampoco la merece nuestra democracia. La democracia costarricense es la más madura y la más consolidada de América Latina. Más bien, tenemos un sistema muy sofisticado y complejo de pesos y contrapesos. La democracia es lenta por su propia naturaleza. Pero la nuestra es más lenta de la cuenta. Quienes respaldan esa propuesta disparatada y descabellada, creen que el presidente es un mago. Ni el presidente Solís ni nadie pueden hacer milagros. Ni Supermán.
Se requiere de consensos y negociaciones para sacar a Costa Rica del atascadero. No lo puede hacer el Presidente solo. Si no dejamos las banderas políticas en segundo plano, el país seguirá debiendo soluciones oportunas a los problemas de pobreza, déficit de infraestructura, trámites excesivos, desigualdad social…
El Presidente Solís es una buena persona. Tiene buenas intenciones. Es un caballero.
Conoce muy bien el espíritu de Costa Rica. Eso queda muy claro en su apoyo a la economía social solidaria. Es un gran defensor y conocedor del solidarismo, el cooperativismo, las instituciones históricas de la educación costarricense (Caja de Ande, Sociedad de Seguros de Vida del Magisterio Nacional, etcétera), el mutualismo….
Junto a eso me ha hecho feliz el decreto en el que protege al río Savegre, el río más limpio del continente, así como el Río Pacuare, tesoro del Caribe costarricense. Quejarse del presidente es renunciar a la responsabilidad de cada quien. Todos somos responsables de los serios problemas que tiene el país. No se le puede pedir al presidente que los resuelva de la noche a la mañana y como acto de magia. Pedirle milagros al presidente demuestra inmadurez política y desconocimiento de la cosa pública.
Hay que apoyar al presidente Solís.
Si le va bien a él, le va bien a Costa Rica. Y a todos y todas nos sirve que le vaya bien a él.
Si favorecemos ese tipo de movimientos, vamos a querer un nuevo presidente o una nueva presidenta cada año.
La democracia requiere madurez, y sobre todo un binomio fundamental para el desarrollo: conciencia y paciencia.
No apoyemos un acto tan irrespetuoso para la democracia y para la investidura del Presidente Solís.
– Periodista y escritor