Carta a doña Laura sobre “la vuelta” de Guanacaste a Nicaragua

Desde La Mina

(Es en serio aunque la situación sea de broma)

Mauricio Castro

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

Estimada señora Presidenta:

Ante la nueva locura del General que gobierna nuestro vecino del norte de llevar el caso de Guanacaste (¿caso?) a la Corte Internacional de la Haya; quisiera resaltar algunos aspectos para enmarcar la situación actual y darle unas recomendaciones con todo respeto. Le cuento:

Como buen guanacasteco desde muy niño aprendí que el río San Juan era de Nicaragua y que Guanacaste era de Costa Rica. Nunca pero nunca ninguna de “las niñas” ni “los maestros” que tuve insinuaron siquiera que el río debería ser de los dos países, como suelen ser los ríos fronterizos en todo el mundo (el caso del San Juan es único). Ni tampoco nos enseñaron que el tratado Cañas-Jerez había sido forzado a firmarse cuando nuestro ejército se encontraba diezmado y el país estaba atendiendo la epidemia del cólera durante la Campaña Nacional 1856-1857 (o sea mientras el país atendía a los heridos y enterraba a su muertos y se iba “por la taza…”, un general de turno de nuestros vecinos del norte, Jerez, nos obligaba a firmar el tratado de límites so pena de invadirnos…). Solo nos enseñaron que los guanacastecos decidieron anexarse a Costa Rica por su voluntad (“de la Patria por nuestra voluntad”) y casi con devoción nos ponían a desfilar y a celebrar con entusiasmo el 25 de Julio (confieso que con más fervor que para el 15 de setiembre).

Tampoco nos enseñaron que Nicaragua nos invadió y que apoyó un intento de invasión a finales de 1940 y mediados de 1950, respectivamente, y que nos amenazó con invadirnos en 1979 (algunas bombas nos lanzaron) y a mediados de 1980.

Eso no nos lo enseñaron ni en la escuela ni en el colegio.

Señora Presidenta, en la escuela aprendimos también que Guanacaste quedó en una tierra de nadie (¿o interregno?), ciertamente administrado por Nicaragua, pero nunca perteneciente a Nicaragua. La participación de Costa Rica (la de Florencio del Castillo) en las Cortes de Cádiz en 1813 se dio cuando la población de Guanacaste se le sumó a la de Costa Rica gracias a una negociación entre los gobernantes españoles y años después la gente harta que el administrador no administraba por atender problemas internos de Nicaragua, se hastió de seguir en una tierra de nadie y se anexó a Costa Rica en 1824, tres años después de ser independientes de España, pero todavía bajo una sola república federal.

Doña Laura, los que somos guanacastecos de siempre aprendimos que tenemos familiares que vinieron de Nicaragua, huyendo de guerras y buscando un mejor lugar para criar a su familia (como lo ha hecho la mismítica familia Ortega Murillo y otros miles de nicaragüenses en años recientes). En mi caso seguramente los tuve, certeza tengo de mi bisabuela y mi tatarabuelo que vinieron del otro lado… (Solo oí de un caso de una familia nicaragüense que se devolvió para Nicaragua, la del Dr. Incer Barquero, hoy por hoy asesor ambiental de la familia Ortega).

En la escuela y en la casa aprendimos a respetar y a querer a nuestros vecinos del norte y a verlos como hermanos o al menos como primos cercanos. Aprendimos a valorar sus costumbres, a comer sus comidas, a entender sus guerras, a estar pendientes de sus catástrofes y a mostrarles nuestra solidaridad incondicional. Nos enseñaron a hacer caso omiso a las impertinencias de algunos de sus dirigentes y gobiernos. “Una cosa es el pueblo de Nicaragua y otra el gobierno” —nos decían.

Pero déjeme decirle doña Laura que por más cariño y respeto que tengamos por los y las nicaragüenses no hay forma de no asustarnos y de no sorprendernos por las políticas —¿o bromas de mal gusto?— de algunos de sus dirigentes políticos, que han mantenido posiciones tan absurdas que van desde no dejar entrar “land rovers” a Nicaragua porque la fábrica cambió de concesionario en Managua hasta decir que se debe recuperar como sea el origen del “gallo pinto” que fue robado por los ticos, desde reclutar a la fuerza a cuanto joven se encontraba en la calle para mandarlo a pelear contra “la contra” hasta expulsar a la embajadora de Suecia por financiar la presentación de las estadísticas sobre el estado de la niñez porque no eran iguales a las oficiales dadas por la Primera Dama, desde concesionar un canal interoceánico sin saber su ruta hasta renunciar a la cooperación internacional (excepto al baúl abierto y sin control que es la cooperación de la Venezuela actual).

Déjeme recordarle señora Presidenta que hace unos años, creo que estaba de Presidente Arnoldo Alemán, el gobierno tenía problemas de imagen pública —por las mil cosas de que fue acusado…— de repente levantó el tema de la navegación en el San Juan y aparecieron mantas por todos lados que decían “el río San Juan y Guanacaste son de Nicaragua y el gallo pinto también”. Todo el mundo entendió que era para desviar la opinión pública hacia otro tema (“wag the dog”—dicen los gringos), solo algunos pocos enardecidos hicieron caso…

Doña Laura, todo eso se lo he contado porque cuando oí a Daniel Ortega —otrora un revolucionario comandante respetado, hoy convertido en un simple Generalito latinoamericano más, de esos que pasaron a la historia por sus decisiones increíbles…— hablar sobre “recuperar Guanacaste” lo primero que pensé es que se trataba de otra “decisión estratégica” de esas que parecen broma y dan risa o que la imagen del Gobierno de la familia Ortega Murillo está tan mal que requieren de un “wag the dog” para desviar la crítica y ante eso lo único que se me puede ocurrir es recomendarle lo siguiente, con todo respeto:

1- Invítelos a Guanacaste (a Daniel y a Rosario), a algún acto público, para que puedan sentir de primera mano el sentimiento generalizado de los y las guanacastecas, quizás a los desfiles del 15 de setiembre que ya casi tenemos encima, lástima que sus locuras las dijo después del 25 de julio

2- Haga un plebiscito. Este sí tendría un valor, no sería como el que los ingleses hicieron en Las Malvinas (invadieron, sembraron ingleses, y luego los pusieron a votar su relación con Argentina…)

3- Pregúnteles a los nicaragüenses que viven aquí si ellos recomiendan seguir las pretensiones del General Ortega y de Rosario

4- Organice un “espaldazo”, al estilo la protesta contra el “fair play” que se dio en el Estadio Nacional luego del partido de fútbol contra Estados Unidos (sí, ese que se jugó en algo parecido a una cancha de hockey)

Pero en realidad, lo que me nace de corazón recomendarle (aunque sea poco político, poco elegante y poco diplomático) es que le diga al General Ortega que con el tema de límites y de Guanacaste se vaya para la m….

Y si no hace caso y su espíritu guerrerista continua, envíele un email (¿o telegrama?) usando la frase que don Chico Orlich usó a propósito de la invasión de Somoza “el viejo” y se inmortalizó en una placa en Santa Rosa:

EL QUE CON AVIESA INTENCIÓN INVADE COSTA RICA, DE SANTA ROSA NO PASA”.

Aviesa

Con todo mi respeto y consideración la saluda un guanacasteco que todavía no pierde el asombro ni deja de sorprenderse con las genialidades de los gobernantes de nuestro vecino del norte, pero que tiene un inmenso cariño y respeto por el pueblo nicaragüense, cuna de mis antepasados.

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6 comentarios

  1. Muy buen enfoque.

  2. Alexander Sanchez

    Es sabido que a los gobernantes de Nicaragua no les ha quedado más armas que «echar sal a la herida», cuando tienen encima a sus maltratados conciudanos, utilizándola para calmar los malos ánimos que tienen encima por su pésima administración.

    El pero que pongo …es: ¿Qué pretende Doña Laura «desviar» internamente, dándole «pelota» a estas bien conocidas «estrategias políticas de Ortega» ?. Se me viene a la mente el caso de Rene castro… p.ej. asi que no seamos tan sumisos tampoco, ya es hora que se sepa que los ticos somos pensantes de nuestra condición y estamos hartos de tanto engaño.

    Si la presidencia no tiene los asesores para que de manera: simple, eficaz y rápida se quite el trabajo de tener que andar hasta en manifestaciones. En esta carta de Mauricio Castro tiene material «de sobra», para que sin mayores esfuerzos pongan en su lugar al general-canibal nicaraguense.

    Felicidades Mauricio, es un honor ser tu compatriota.

  3. Gloria Gonzalez Campos

    Excelente,le felicito no es necesario ofender para hablar de la historia.

  4. Jaja jajajá y otro jajajá sr Maurjcio Castro Cuanto gana o le pagan o le pagaron en cambio político para contar sus Historias de ese modo tan agrosomodo y favoritista? A usted y a todos los que lean este comentario os invito a mi fb para que lean en mi publicación donde se narra de forma neutral y detallada esta historia y sepan cual es la verdad. (como Costa Rica se apropió de Nicoya y Güanacaste)

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