Bernal Jiménez Monge: un socialdemócrata consecuente

Por Guido Mora

Bernal Jiménez

Heredé la amistad de Bernal Jiménez de otro gran amigo, también ya desaparecido: Carlos Manuel Castillo.

Desde que le conocí, admiré su sabiduría, su formación, su conocimiento y su memoria envidiable, que le permitía hablar con gran propiedad de múltiples temas: era un erudito.

Pasaron muchos años desde aquellos lejanos años 90 del siglo pasado, en donde apenas nos veíamos y nos saludábamos con mucho respeto y aprecio.

Coincidíamos en la casa de Kyra, frecuentado lugar de tertulias y conversaciones; en actividades del Partido Liberación Nacional o en reuniones privadas, en casa de amigos comunes.

Sin embargo, no fue sino al inicio de la pandemia, cuando realmente terminé de conocer a este gran hombre, que irradiaba la solidez de su formación, su experiencia, el conocimiento y la sabiduría que sólo otorgan los años. Cada vez que tenía oportunidad de conversar con él, recibía una sesión formativa sobre múltiples temas: sobre lo humano y lo divino.

En marzo del año pasado Jorge Urbina y yo, decidimos tocar la puerta de la casa de Bernal Jiménez, con el fin de reflexionar sobre el impacto económico de la crisis sanitaria provocada por el Covid 19. Pretendíamos construir, con su concurso, una propuesta socialdemócrata para enfrentar la crisis económica que enfrentaría nuestro país, como resultado de la pandemia.

Bernal Jiménez aceptó el reto y el compromiso de acompañarnos y coordinar cada una de las sesiones convocadas. Nos demostraba, en cada uno de estos encuentros -físicos o virtuales-, su vitalidad, sabiduría y experiencia. Estas sesiones de trabajo impactaron nuestro conocimiento y dejaron una marca indeleble en nuestro corazón.

A instancias de Bernal, convocamos para que se integraran a este grupo a Luis Gerardo Villanueva, Lina Barrantes, Gonzalo Ramírez, Mimi Prado, Carlos Carranza y Paulina Ramírez.

A partir de este momento, nos unieron largas horas de conversación, sesiones de tres o más horas, varios días a la semana, en que Bernal Jiménez dictaba cátedra de economía política, desde su pensamiento keynesiano, que hoy pocos economistas conocen, respaldan o apoyan.
Siempre nos decía: “debemos recordar que el objetivo de la economía son las personas; que las personas estén bien, que vivan bien. La economía no es un fin en sí mismo”.

Como grupo, tuvimos la formidable experiencia de aprender y participar en estas actividades que, como clases doctorales de economía, impartía Bernal Jiménez, en cada una de estas sesiones.

En mi caso particular, por no ser economista, aprendí, disfruté, me ilustré y logré precisar conocimientos, desde una perspectiva keynesiana, pilar fundamental de la socialdemocracia, sobre los principios y objetivos que Bernal Jiménez procuraba para las propuestas económicas, todas tenían como común denominador el bienestar de los ciudadanos, el de todos los costarricenses: el bienestar del mayor número.

Entre anécdotas, historias, relatos y profundas reflexiones sobre economía clásica y moderna, con la orientación de Bernal Jiménez, el grupo fue construyendo una propuesta socioeconómica, que por sobre todo beneficiaba a los sectores más desfavorecidos, resaltando constantemente la obligación de los más adinerados, de coadyuvar con la atención de los grupos menos privilegiados de la sociedad.

Para mi fortuna, decidí -con autorización de todos los participantes-, grabar en video cada una de estas sesiones. Estos videos los conservaré como un tesoro por el tiempo que me corresponda vivir. Juntamente con la propuesta de política económica que preparamos, la evidencia de esta iniciativa constituye el legado de Bernal Jiménez para todos los que creemos en la justicia social, la promoción de la equidad y ya lucha contra la pobreza.

Bernal Jiménez se ha marchado, la vida completa sus ciclos y el de nuestro amigo se completó.

Queda sin embargo en quienes lo conocimos, la gigantesca e imperecedera imagen de un hombre exigente, riguroso, con gran éxito en los negocios. Un funcionario público que fue ejemplo de conocimiento, pertinencia y profesionalismo. Un gran ser humano, solidario y comprometido con la justicia social.

Asumo el compromiso, estimado Bernal, de recordarle a muchos economistas y otros profesionales involucrados en la política y el servicio público, que la economía debe de procurar el bienestar de las mayorías, pero por, sobre todo, el de los más vulnerables de nuestra sociedad.
Gracias Bernal, por todo y, por tanto. Gracias por haber sido, hasta tu último día de vida, un socialdemócrata consecuente; por haberte convertido en una luz que ilumina el accionar de quienes te conocimos.

Gracias por mostrarnos al ser humano excepcional que habitaba en tu interior.

Tu ciclo en la vida, estimado Bernal, concluyó; pero tus ideas perdurarán por muchos años.

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Un comentario

  1. ¡Gran panegírico! El paso de Bernal Jiménez en la economía y la política nacional e internacional, es imborrable. Queda en sus amigos la obligación de mantener vivo su pensamiento.

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