Balcanes mágicos: una vuelta por Montenegro en coche de alquiler

Por Martin Lewicki (dpa)

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El puente Durdevica-Tara es una de las construcciones más espectaculares de Montenegro. Foto: Martin Lewicki/dpa

Realizar un viaje por carretera suena a libertad, pero también a varias horas cansadoras al volante. ¿Y si el país a visitar es tan pequeño que la siguiente escala está siempre a la vuelta de la esquina? Así queda más tiempo y energía para disfrutar en el destino.

Montenegro es de estos países. Esta nación de los Balcanes es perfecta para recorrer completa en un coche de alquiler.

DÍA 1: DE PODGORICA AL LAGO SKADAR (40 KILÓMETROS)

La capital de Montenegro no tiene la mejor fama entre los viajeros. No es considerada precisamente como una belleza, en especial si se compara con el resto del país. Por eso, lo más recomendable es alquilar el vehículo ni bien se arriba al aeropuerto y dejar atrás Podgorica.

El camino a un mundo totalmente distinto dura apenas una media hora. El lago Skadar -también conocido como Scutari- en la frontera con Albania es el mayor espejo de agua interno de los Balcanes.

Desde Virpazar parten excursiones en barco para recorrer este singular escenario lacustre del Parque Nacional Skadar. Luego se podrá disfrutar una exquisita comida en el pueblo.

Un dato poco conocido es la posibilidad de pernoctar en el pueblo vecino de Donja Seoca. El camino hasta allí es por la vía costera de un solo carril que genera gran adrenalina. Pero la recompensa por el estrés del viaje es la idílica aldea en las montañas, conocida por su vino suave y ligero.

DÍA 2: HACIA BUDVA, PASANDO POR RIJEKA CRNOJEVICA

El esplendor del lago Skadar y su entorno se disfruta mejor en el camino desde Virpazar hacia Rijeka Crnojevica. Se debe recorrer cerca de una hora por una de las carreteras más bellas de Montenegro hasta llegar a este lugar de ensueños. Habría que tomar al menos un café frente al río del mismo nombre antes de seguir viaje hasta el mirador panorámico Pavlova Strana. Desde allí se observa quizás la vista más hermosa de todo el Parque Nacional Skadar.

Luego se puede seguir simplemente por la misma calle hasta la M2-3, que lleva directo a Budva. Luego de atravesar un paisaje montañoso cambia completamente el escenario y aparece el mar Adriático.

En la bahía, la ciudad costera de Budva brilla bajo la luz del sol. Un camino de serpentinas guía hacia abajo. El lugar tiene un marcado ambiente marítimo. Una extensa costanera con palmeras y el aroma del mar reciben a los visitantes. Allí no faltan opciones de alojamiento y las más atractivas se encuentran en el casco antiguo y cerca de la costa.

DÍA 3: BUDVA Y SVETI STEFAN (20 KILÓMETROS)

Budva es un destino turístico en el que a la gente le gusta ir de fiesta. El casco antiguo amurallado tiene mucho encanto. Es un placer perderse por sus callejuelas y sin buscarlo llegar a la pequeña playa del centro histórico. El atardecer se luce especialmente colorido aquí. Durante el día se puede llegar caminando a las dos playas más grandes de Budva, Mogren Beach y Mogren Beach 2.

DÍA 4: DE BUDVA A KOTOR (50 KILÓMETROS)

Desde Budva se puede viajar a Kotor, pasando por Porto Montenegro. El desvío vale la pena porque no solo se disfruta de la vista del puerto de veleros sino también de la bahía de Kotor.

Desde Porto Montenegro, una auténtica calle de ensueño a la par del mar, llamada Jadranska Magistrala, lleva hasta allí.

En Kotor es fácil darse cuenta por qué esta ciudad es el destino turístico más conocido de Montenegro. Dos mil años de historia se presentan de forma pictórica en la ciudad fundada por los romanos y que es la más antigua del país.

En la plaza central, frente a la Torre del Reloj, el símbolo de Kotor, se puede tomar una riquísima limonada antes de dirigirse a las ruinas de la fortaleza. La mayoría de los visitantes trepa los 1.300 escalones con ganas para poder disfrutar el paisaje panorámico al estilo de los fiordos.

Se recomienda pernoctar en el vecino pueblo de Dobrota, más tranquilo y menos turístico, y con pequeños alojamientos privados en las laderas de las montañas. La bella vista de la bahía incita a pasar más de una noche allí.

DÍA 5: LOVCEN, PERAS Y HERCEG NOVI (120 KILÓMETROS)

Las montañas vuelven a llamar y en apenas una hora se llega desde Dobrota hasta el Parque Nacional Lovcen. Cuanto más trepa la carretera, más grandioso es el paisaje de la línea costera.

La carretera se angosta y se hace de un solo carril tras ingresar al parque nacional, lo que demanda mayor atención al volante. Luego, desde el aparcamiento se va caminando hasta el mirador. Los 460 escalones guían a través de un túnel hasta el mausoleo del mayor poeta y soberano de Montenegro, Pedro II de Montenegro (1813-1851). La vista de 360 grados es inolvidable.

De regreso a la bahía de Kotor se encuentra otro atractivo turístico: Perast, la más romántica de las aldeas costeras de Montenegro. Allí se puede comer en unas idílicas terrazas frente al mar.

A continuación se sigue por la carretera costera E65, recorriendo la bahía de Kotor hasta Herceg Novi. El lugar ofrece playas, una costanera y un casco histórico con fortificaciones y un anfiteatro del siglo XVI. Lo mejor es pasar una noche allí para disfrutar todo.

DÍA 6: MONASTERIO DE OSTROG Y ZABLJAK (220 KILÓMETROS)

Este día es una excepción porque se pasan entre cuatro y cinco horas al volante del coche, pero bien valen la pena.

El paisaje en la ruta desde Herceg Novi hasta el monasterio de Ostrog es un poco menos espectacular que el disfrutado los días anteriores. Pero para el final aguarda una carretera de ocho kilómetros de largo en forma de serpentina que trepa a 900 metros de altura hasta el monasterio.

Esta ruta angosta de montaña no es apta para personas temerosas, pese a que cada año la recorren miles de peregrinos.

Es casi un milagro que el obispo Basilio Ostroski haya hecho construir un monasterio en dos cuevas en una pared rocosa vertical. Allí descansan hoy sus restos.

Como hay que volver a descender por el sinuoso camino de montaña, una oración nunca está de más. El viaje continúa rumbo a Zabljak, en el Parque Nacional Durmitor, donde se recomienda pasar al menos dos noches.

DÍA 7: DURMITOR Y EL CAÑÓN DEL RÍO TARA (20 KILÓMETROS)

Zabljak, a 1.456 metros sobre el nivel del mar, es la ciudad de Montenegro que se encuentra a mayor altura y el punto de partida ideal para las excursiones al Parque Nacional Durmitor.

Si se prefiere una excursión más relajante, el destino a elegir podría ser Crno Jezero, el Lago Negro. A pesar de su nombre, el espejo de agua brilla más bien de color verde esmeralda en medio de un bosque y rodeado de montañas.

No lejos de Zabljak se encuentra la espectacular garganta del río Tara, que despliega todo su impacto visual especialmente en el mirador de Brojila. Desde allí, se puede contemplar la profundidad de más de mil metros del cañón, que tiene unos 78 kilómetros de longitud.

El río Tara, que serpentea por el valle, es el río más largo de Montenegro y formó uno de los cañones más impresionantes de toda Europa.

DÍA 8: RUMBO A BOBOTOV KUK (40 KILÓMETROS)

El Parque Nacional Durmitor alberga la montaña más alta de Montenegro, Bobotov Kuk. La subida a esta cima es cita obligada para los escaladores con mayor experiencia. Se necesitan unas tres horas desde el punto de partida en Sedlo hasta la cima.

Hay pasajes de altura con seguros con cuerdas por los que hay que subir. Más arriba, poco antes de llegar a la cima, hay que superar un saliente de roca difícil y agotador. Pero incluso aquellos que no se animen a hacer estos últimos metros podrán disfrutar de una vista magnífica.

Quienes no tengan ganas de una exigente excursión por la montaña podrán disfrutar de todas formas su estadía en Durmitor. Una recomendación es tomar la carretera P14, que lleva de Zabljak a Sedlo y más allá, que es una de las más bellas del país.

DÍA 9: DE REGRESO A PODGORICA (180 KILÓMETROS)

El viaje desde Zabljak hasta la capital es otra vez un deleite para la vista. Primero por la carretera P4, que recorre a lo largo el río Tara.

Después de unos 25 kilómetros se llega al puente Durdevica-Tara. Esta espectacular estructura atraviesa el río a una altura de hasta 150 metros. Uno también se pregunta cómo se hizo para tallar en las rocas aquella carretera de montaña.

Otra vez sobre la E65, se recomienda hacer una pausa y almorzar en el pueblo de Kolasin. Otra vez de regreso en Podgorica, se entiende por qué la capital no es especialmente querida: el resto de Montenegro le roba todo el espectáculo.

La mejor época para unas vacaciones en la playa es entre junio y septiembre. En los meses de mayo y octubre, más templados, hay menos turistas y los precios de los alojamientos bajan. Entre noviembre y marzo el clima es frío.

Se recomienda reservar con varias semanas de anticipación el alquiler del coche, con retiro directamente en el aeropuerto. Los 1.400 kilómetros que suelen venir incluidos en el alquiler alcanzan en general para realizar toda la vuelta. En Montenegro rige un límite de velocidad estricto, muchas veces no se permite superar los 40 kilómetros por hora.

Por más que Montenegro no integra la Unión Europea, se paga con euros. Además, por unos diez euros se puede conseguir una tarjeta SIM para el teléfono celular con varios gigas para navegar por internet, que alcanzan para utilizar un GPS en la ruta.

dpa

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