Página oscura

Cuaderno de Vida

Gustavo Elizondo Fallas

De verdad que tiene razón el presidente Chaves, con el tema de la construcción del Hospital de Cartago hemos pasado una página oscura…pero lo que le faltó decir es que ese color tenebroso fue pintado por el gobierno que él dirige y que quienes sufrimos la oscuridad fuimos los vecinos de Cartago y de la zona de Los Santos, que vimos como se perdían casi cuatro años en el inicio del proyecto y que mientras tanto, los asegurados siguen viviendo una pesadilla con un nosocomio que hace, pero hace rato, perdió su capacidad de respuesta en algo que es prioritario: la salud.

En algún momento en el Comité de Lucha por el Nuevo Hospital nos preguntamos, ¿qué le hemos hecho al señor Chaves y a sus escuderas, la expresidenta ejecutiva de la CCSS y la ministra de Salud, además de otras y otros serviles, que se empeñaron en impedir el avance del proyecto, por medio de falacias, mentiras, montajes fotográficos, presión sobre actores importantes como la constructora mexicana, uso de documentos ajenos al proyecto, uso de un canal de televisión pro gobierno que tenía una cámara 24/7 para ver en que momento se inundaba el terreno, troles al servicio de las falacias?

Nunca entendimos el porqué de tanta saña, por eso la iniciativa de declararlo non grato estaba más que justificada y si no se aprobó en el Concejo Municipal de Cartago, fue porque algunos regidores se atemorizaron ante posibles represalias; a esos hay que decirles, “si tienen miedo, que compren perro”.

Lo que indigna es que el presidente, luego de esa página negra del cual él es protagonista, quiera vestirse con ropa ajena, diciendo ahora que apoya la construcción del Hospital a pesar de los atrasos de la Contraloría, cuando estos se dieron por la negligencia de la misma administración superior de la CCSS que incumplió el envío de documentos solicitados en tiempo y forma, un monumento a la ironía.

Hoy volvió a salir el sol en el Valle de Coris, allí donde estuvo la primera ciudad de la conquista, Garcimuñoz, en la tierra del cacique Guarco, es un sol radiante a los ojos de Cartagos y Santeños, tan radiante que logró iluminar la página oscura que el gobierno quiso pintar con colores tenebrosos.