Por Sibylle Peine (dpa)
Berlín, 20 ago (dpa) – La autora alemana Nora Bossong acaba de publicar una novela basada en la historia de Magda Goebbels (1901-1945), una de las primeras damas del nazismo y estrecha aliada de Adolf Hitler, quien fuera usada como ejemplo de lo que debía ser una madre en ese tiempo y que luego cometería un crimen inimaginable.
En los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, Magda envenenó en el búnker del Führer a sus seis hijos antes de quitarse la vida junto a su marido, el ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels.
«Son demasiado buenos para la vida que vendrá después de nosotros», dijo para justificar el asesinato de sus hijos. Magda Goebbels fue una nacionalsocialista convencida hasta el último minuto. Entre las contradicciones en la vida de Magda Goebbels figura que su padrastro, Richard Friedländer, con el que tenía al principio una buena relación, era judío. Y de jovencita fue amiga del famoso sionista Chaim Arlosoroff.
A los 19 años, Magda se casó con el rico industrial y posterior colaborador nazi Günther Quandt, mucho mayor que ella, quien le permitió ascender en la alta sociedad alemana. Es en este momento en el que transcurre la novela «Reichskanzlerplatz», de la escritora Bossong.
La novela es el intento de acercarse desde la ficción a la historia apenas comprensible de Magda Goebbels y se centra en gran parte en el tiempo previo a que se volvió famosa como la esposa del ministro nazi de Propaganda.
El autor introduce un narrador en primera persona que parece estar vagamente inspirado en una persona real: un estudiante de Derecho con el que Magda Goebbels tuvo una vez un romance. En la novela, el personaje se llama Hans Kesselbach y es hijo de un oficial y veterano de guerra inválido. En la escuela, Hans conoce a Hellmut, el hijastro de Magda, por quien desarrolla un deseo homoerótico.
El propio Hellmut, sin embargo, mantiene una relación amorosa prohibida con su bella y joven madrastra Magda. Este enrevesado triángulo amoroso llega a un abrupto y triste final cuando Hellmut muere tras una operación fallida.
Para ocultar su homosexualidad, Hans comienza un romance con Magda que se convierte en el desencadenante del final del matrimonio fallido de ella. Sin embargo, el amante no puede satisfacer los deseos de la mujer. «Nunca fui más que una distracción para ella. Buscaba algo incondicional, algo en lo que pudiera creer», afirma el personaje en el libro.
Poco después, Magda conoce al líder regional nazi de Berlín, Goebbels, y encuentra en él al hombre para satisfacer estos deseos. Hans, en cambio, queda como una «nota al pie de la historia», como un hombre que «supo entretener tan poco a Magda Quant que (esta) se convirtió en Magda Goebbels».
Con el paso del tiempo, sus caminos se separan: Magda llega a ser una primera dama del Estado nazi al lado del ministro de Propaganda y se involucra cada vez más en el régimen criminal.
Hans se convierte en diplomático en Italia y se ve enfrentado allí a su propio comportamiento oportunista. Aunque no es nazi, sino más bien un liberal tibio, intenta escabullirse hasta que lleguen tiempos mejores. Sin embargo, su homosexualidad es un flanco abierto y lo vuelve vulnerable al chantaje.
Uno de los trucos favoritos de los novelistas consiste en iluminar a las personalidades históricas a través de un personaje secundario ficticio, como un criado o una secretaria. En este caso se trata del amante abandonado. Esto funciona bastante bien en la primera parte del libro, cuando se trata de la confusión de sentimientos de tres jóvenes y Hans sigue muy unido a la mimada pero insatisfecha esposa del empresario.
Más adelante, los dos protagonistas y la trama se distancian cada vez más. Magda desaparece en zonas monstruosas, convirtiéndose en una figura histórica verdaderamente siniestra que, en última instancia, sigue siendo incomprensible. Hans, por su parte, permanece al margen como un pálido oportunista, una «nota a pie de la historia».