70 años de Cooperativismo

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñiga

Durante esta semana el Cooperativismo costarricense ha estado celebrando a lo grande; como merece una de las organizaciones sociales y económicas más importantes del país. Han pasado 70 años desde que dio inicio el Movimiento Cooperativo, con la fundación de la primera Cooperativa Agrícola Industrial Victoria R.L. -COOPEVICTORIA R.L.-, dedicada al café y caña en el cantón de Grecia. Asimismo se declara el Día Nacional del Cooperativismo el cuarto sábado del mes de abril de cada año, mediante el decreto N° 17502-P-T del 25 de abril de 1987.

Este año el dedicado se le otorgó al Lic. Alejandro Abellán Cisneros, abogado, cooperativista con 50 años de experiencia, un pionero en el desarrollo del Movimiento Cooperativista; quien laboró en distintos puestos de la Administración Pública, como el Ministerio de Trabajo que desde su creación en 1955, creó la oficina de cooperativas y sindicatos. Por Ley 861 de 1947, se creó también la Sección de Fomento de Cooperativas agrícolas e industriales del Banco Nacional, siendo el primer organismo técnico que poco a poco coadyuvó a la evolución del Cooperativismo en el país.

En la década de los años 40s del siglo pasado, en la Revista Surco, escribían los dirigentes e intelectuales del Centro para el Estudio de Problemas Nacionales; de pensamiento socialdemócrata y uno de los antecedentes del Movimiento de Liberación Nacional de 1948 -luego en 1951 se funda el Partido Liberación Nacional-. Lo importante es señalar que en materia económica, el Centro contribuyó dando una serie de ideas fundamentales para el desarrollo de Costa Rica, haciendo énfasis en el desarrollo del cooperativismo. Estaban influidos de las ideas europeas, especialmente de Eduard Bernstein, pensador socialdemócrata alemán, quien se basaba en el sistema cooperativo para la democratización de la economía en general.

Creían en el cooperativismo como un sistema socioeconómico de distribución de riqueza, de equilibrio frente al capitalismo liberal; y las cooperativas de consumo y producción juegan un papel fundamental en el proceso económico. El insigne pensador y jurista Rodrigo Facio, destacaba en sus escritos de la Revista Surco, temas referentes a las bondades del cooperativismo, como una forma de organización de los ciudadanos (as), de autogestión y de crear más propietarios y progreso en el campo económico, hasta llegar hoy día a tener más de 800.000 afiliados en cooperativas de ahorro y crédito; agrícolas productivas como por ejemplo las cafetaleras de la zona de los Santos; de electrificación rural, exportación de productos y así sucesivamente alrededor de todo el país.

Varios presidentes de la República como José Figueres Ferrer, Daniel Oduber Quirós, José Joaquín Trejos Fernández, Luis Alberto Monge Álvarez; Oscar Arias Sánchez, José María Figueres Olsen, y Abel Pacheco, han contribuido con el desarrollo del Movimiento Cooperativo costarricense. Asimismo otros ilustres costarricenses han aportado su granito de arena como Danilo Jiménez Veiga, Nautilio Monge Álvarez, Bolívar Cruz, Rafael Ángel Rojas; mi tío político Rafael Robles Jiménez; Germán Serrano Pinto. El Ing. Rodolfo Navas Alvarado actual presidente del Centro de Estudios y Capacitación Cooperativa R.L.-CENECOOP-, que desarrolla múltiples talleres, seminarios, campamentos de educación y capacitación a los cooperativistas de todo el país. Se debe reconocer que el Ing. Navas Alvarado es quizás el cooperativista más destacado a nivel nacional e internacional, de los últimos 30 años, contribuyendo a dar un gran impulso y crecimiento al Movimiento Cooperativo.

En el Ideario Costarricense de 1943 ilustres ciudadanos como Otón Acosta, Isaac Felipe Azofeifa, Gonzalo Facio, Mario Quirós Sasso, Jorge Rossi y Rodrigo Facio, miembros del Centro para el Estudio de Problemas Nacionales expresaban: “Proclamamos el cooperativismo como un medio magnífico de solución al problema de la carestía de la vida. El desenvolvimiento del cooperativismo traerá bienestar económico al pueblo porque las cooperativas, sean de consumo o de producción, truecan la economía de ganancia en economía de uso, y en esta forma se hace una mejor distribución de la riqueza nacional.

Es lógico que al pensar en el incremento de la riqueza, debemos pensar en la buena distribución de esa riqueza, y no hay mejor instrumento para este objetivo de justicia social que el movimiento cooperativista, al cual le ha dado el Centro un vigoroso impulso, en forma de colaboración práctica y ayuda técnica a las cooperativas que se han formado últimamente en diversos lugares de la República. Pensamos que la intervención del Estado en la planificación de la economía nacional debe sujetarse a un criterio democrático funcional, que garantice la libertad dentro de un ordenamiento que tenga por fines la justicia social y la eficiencia económica.” (Ideario Costarricense de 1943. Pág. 125)

La influencia europea es muy importante en el desarrollo del cooperativismo, y Costa Rica no es la excepción. El cooperativismo es una doctrina social y económica que promueve la gestión y organización de las personas para en conjunto resolver sus necesidades productivas. Desde 1895 se funda en Londres, Inglaterra, la Alianza cooperativa internacional, para reunir a todas las cooperativas del mundo. En Costa Rica desde 1923 hubo antecedentes cooperativos como la creación de la “Sociedad Constructora Germinal” -trabajadores de vivienda y privada- y otras cooperativas privadas en manos de extranjeros. El 26 de agosto de 1943 se promulgó la primera legislación cooperativa emitida por el Código de Trabajo, en su capítulo III dedicado a las asociaciones cooperativas. Luego en la Constitución Política de 1949 se inserta en el artículo 64 que: “El Estado fomentará la creación de cooperativas como medio de facilitar mejores condiciones de vida a los trabajadores.”

En 1968 nace la Ley de Asociaciones Cooperativas y para 1973 mediante Ley N° 5185 se crea el Instituto de Fomento Cooperativo -INFOCOOP-, que recibió una cartera de 300 Cooperativas del Departamento de Cooperativas del Banco Nacional. Esta misma ley crea el Consejo Nacional de Cooperativas – CONACOOP – que se instaló el 13 de mayo de 1973; siendo el órgano rector del Movimiento Cooperativo costarricense.

Por otra parte, existen las uniones y federaciones alrededor de todo el país, como la Unión Nacional de Cooperativas – UNACOOP R.L. – y uniones regionales de la zona atlántica, del Norte, Mujeres, del Sur, de Puertos. Así como las Federaciones que aglutina las cooperativas de ahorro y crédito, agropecuarias, autogestión, taxis etc., con el fin de conjuntar esfuerzos entre sus afiliados, fomentar la capacidad competitiva y el desarrollo del recurso humano y productivo de las cooperativas.

Concluyo con unas palabras del ex presidente de la República 1982-1986, don Luis Alberto Monge: “La autogestión, la cogestión, el solidarismo y el cooperativismo son las modalidades asociativas de propiedad que el Gobierno de Costa Rica promueve para alcanzar la democracia económica. Estoy persuadido que en el cooperativismo hemos encontrado la forma de asociación empresarial más congruente con la idiosincrasia del costarricense, cuya raigambre está en la pequeña propiedad y la pequeña empresa.

Creo en la cooperativa como instrumento para el desarrollo económico y la más equitativa distribución de sus frutos, así como mecanismo que genera la armonía social y permite la satisfacción de los anhelos reivindicativos de los grupos económicos más débiles de la sociedad. La cooperativa logra la cristalización de las ideas de mejoramiento social, de la misma forma que permite la unión de voluntades desatando la energía social que es una de las principales riquezas de nuestros pueblos.” (El Cooperativismo es la avanzada de la democracia participativa. Luis Alberto Monge. Discurso ante el XXXIII Congreso de la Liga de Cooperativas. Puerto Rico, 7 de noviembre de 1982.)

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8 comentarios

  1. Johnny Soto Zúñiga

    Sr. Ramos, en la Administración Calderón Guardia, no se dió una política general de apoyo al Cooperativismo, como una forma de sistema económico-social para una mejor redistribución de la riqueza. Se concentró en las reformas sociales, como las garantías sociales, CCSS, UCR. Código de Trabajo (que si bien llevaba implicito el capitulo III sobre esta forma de organización). No obstante, este Código de Trabajo que redactó los señores Oscar Barahona Streber, con alguna participación de los comunistas; se dice que Manuel Mora, Carlos Luis Fallas entre otros aportaron algunas ideas. Las distintas formas organizativas en materia laboral tenían premisas internacionales y no es que este Código de Trabajo es un invento en CR. Por supuesto que el mérito al Dr. Calderón Guardia sobre el que dió el ejecutese a las garantías sociales, nadie podría poner en duda o cuestionarlo; porque el Presidente de la República se lleva el mérito por su firma y ejecución a nombre del Poder Ejecutivo quien promulga y pone en vigencia legal.

  2. Rogelio Ramos Valverde

    El 12 de abril de 1943, el presidente Rafael Ángel Calderón Guardia, Reformador Social de Costa Rica, al enviar al Congreso Constitucional el proyecto de Código de Trabajo -previamente, se había aprobado el Capítulo de las Garantías Sociales – pues este fue remitido al Poder Legislativo el 16 de mayo de 1942; y los diputados la aprobaron en primera legilatura es mismo año, finalmente el año siguiente, y en cuyo artículo 58 se leía: «El Estado fomantará la creación de cooperativas, como medio de facilitar mejores de vida de los trabajadores». Como se vé, la Constituyente los que hizo fue copiar textualmente, palabra por palabra, lo aprobado durante la administración Calderón Guardia.

    En ese memorial el doctor Calderón Guardia, expuso lo que sigue: «El Título Quinto da normas concretas para la legalización de las organizaciones sociales. Hemos querido garantizar el derecho de los patronos y trabajadores sindicalizarse para fines exclusivos de su actividad económico-social, a cuyo efecto disponemos qué requisitos se necesitan para la constitución y ulterior funcionamiento de los sindicatos y cooperativas, al mismo tiempo que fijamos el discreto control para que unos y las otras habrán de someterse con el objeto de que todos tengamos la seguridad de que en ningún momento van a servir las organizaciones sociales a propósitos netamente políticos o extraños en alguna forma a las actividades de mejoramiento y defensa de los intereses comunes de sus miembros, que inspiran su consititución…Aspiramos que los sindicatos se conviertan en verdaderos centros de cultura popular y a que las cooperativas sirvan para la defensa de los consumidores y para el incremento de la agricultura y demás ramas de la producción nacional».

    La administracion Calderón Guradia sustentó la Reforma Social en el social cristianismo emanado de las Encíclicas Papales, durante el período 1940-1944. Hace 70 años se fundó la Cooperativa Agrícola INdustrial Victoria R.L.,(COPEVICTORIA R.L.); es decir, durante el gobierno calderonista.

    La Historia, en mayúscula no se puede ocultar, tergiversándola.

    • Quisiera aportar algunos datos: Los terrenos en los que se asentó Coopevictoria fueron confiscados a un alemán durante la segunda guerra mundial (¿Niehaus?). Los muchachos del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionaloes fueron los que hicieron la labor de convencimiento ante el gobierno, especificamernte un departamento del Banco Nacional para que esos terrenos en Grecia se le asignaran a la naciente cooperativa (Coopevistoria R.L.). El convencimiento y capacitación a los agricultores sobre el tema cooperativo fue una labor que desempeñaron miembros del Centro que se desplazron a Grecia para esta labor. El apoyo y divulgación del Centro a las ideas cooperativas fue esencial para su establecimiento y difusión.

  3. Johnny Soto Zúñiga

    Queda claro que la historia no está tergivesada; se menciona la promulgación en 1943 del Código de Trabajo y todo lo referente a los sindicatos y cooperativas, y que luego de la reforma de la Constitución política de 1871 (base de la Carta Magna actual de 1949, se insertó el fomento de las cooperativas) Reitero que no existe animo de mezquindad de no reconocer la promulgación de las garantías sociales al Dr. Calderón Guardia, porque se señala en forma clara las fechas 1943 y 1947, por lo tanto el cooperativismo es incipiente, incluso con la fundación en Grecia de Coopevictoria R.L. Asimismo desde los años 20s existían cooperativas privadas en manos de extranjeros, que venían a invertir al país, que son pioneros o antecedentes directos del Movimiento Cooperativo (no obstante se reconoce que inicia formalmente hace 70 años), con base en la legislación nacional que incorpora formalmente el Cooperativismo.

  4. Rogelio Ramos Valverde

    Con el propósito de dictar un Código de Trabajo, el Presidente Calderón Guardia nombró una comisión redactora el 12 de mayo de 1943, cuyos integrantes fueron: don Carlos María Jiménez Ortiz, Secretario de Gobernación, don Óscar Barahona Streber, don Héctor Beeche Luján, don Guillermo Padilla Castro, don Alberto Durán Rocha, don Eugenio Jiménez Sancho y don Máximo Quesada Picado, todos calderonistas. (La Gaceta, 16 de mayo de 1943).

    Recibido el texto del proyecto de Código de Trabajo por el Congreso Constitucional, se integró una comisión con los diputados calderonistas don Rodrigo Sancho Robles, don Carlos Luis Jiménez Pacheco y don Manuel Monge Araya; luego se sumaron don José Albertazzi Avendaño y don Francisco Fonseca Chamier, también calderonistas. (Actas del Congreso, 13 de abril de 1943 (Gaceta 16 de abril); y de 9 de junio de 1943 (Gaceta 20 de junio).

    Durante la tramitación del Código de Trabajo, el presidente Calderón Guardia se hizo presente en el recinto parlamentario, el 17 de agosto de 1943, y dejó escritas estas luminosas ideas, hoy tan vivas como entonces:

    “La discusión que hoy vais a iniciar, señores Diputados, sobre el Código de Trabajo, es una de las más importantes de toda la historia nacional. En estos momentos comenzaréis a decidir, conforme a vuestra conciencia, si los supremos intereses de Costa Rica deben ceder definitivamente ante el egoísmo y la incomprensión de unos cuantos, o si con el examen desapasionado de esta vasta obra legislativa estáis dispuestos a ganar para nuestro pueblo la batalla cívica del progreso y la libertad… mi espíritu forjado en las disciplinas de un cristianismo hondamente sentido y lealmente practicado me dice con voces claras que al patrocinar la legislación social de la que forma parte el Código de Trabajo, estoy contribuyendo a poner los cimientos sólidos a la paz y a la tranquilidad que todos debemos desear para nuestra pequeña Patria. Con absoluta firmeza creo que no hay razón para que se sienta amenazado ningún buen costarricense por este conjunto de disposiciones claras, humanas y sencillas, que no son más que el resultado de un largo y cuidadoso estudio de la realidad nacional y de un afán de armonizar en forma razonable los justos intereses de las distintas clases sociales que integran nuestra nacionalidad…”.

    Mirando hacia el futuro previó con toda claridad:

    “Cuando con el transcurso del tiempo se serenen los ánimos y este Código haya dado sus beneficiosos resultados prácticos, entonces se comprenderá que vosotros, señores Diputados – y no yo – no habéis hecho más que adelantaros con visión patriótica, a situaciones que de otra manera se convertían, con seguridad absoluta, en motivo de constante desarmonía y de intranquilidad social”.

    Analizado aquel momento con visión de estadista también expresó:

    “Yo siento, señores Diputados, que vivimos en pleno siglo veinte, en una época en que se concibe la palabra “Patria” como sinónimo de una gran realidad humana y no como una simple abstracción jurídica o como uno de los tantos recursos de carácter retórico. Los hombres saben actualmente, por amarga experiencia de centenares de años, que no puede haber convivencia armónica dentro del cauce jurídico clásico, pues hoy día no nos podemos limitar a proclamar en forma verbalista, la libertad, la igualdad y la fraternidad, sino que debemos evitar mediante la defensa efectiva de las clases desvalidas de la sociedad que esos principios se conviertan únicamente en patrimonio de los pocos que tienen potencia económica y el consiguiente poder de dominar. El Código de Trabajo constituye, sin duda alguna, el fundamento material que impedirá que esos nobles ideales no se conviertan en realidades, porque a ello tienen derecho, por un imperativo histórico, todos los habitantes del país, sin distinción de clases, credos o partidos”.

    El Congreso Constitucional, con el voto de 39 diputados presentes entre propietarios y suplentes de la bancada oficial calderonista, incluido el del diputado don Manuel Mora Valverde del Partido Vanguardia Popular, el 20 de agosto de 1943, aprobó el proyecto de Código de Trabajo. A esa sesión, diputados de la oposición de entonces, dentro de los cuales sobresalían don Francisco Orlich Bolmarcich, don Otto Cortés Fernández, don Eladio Trejos Flores, no concurrieron, como forma de demostrar su rechazo al proyecto, a pesar de que después, al cabo de los años, ya en otros puestos de gobierno, trataron de olvidar ese pasaje tan negativo para los derechos sociales de los costarricenses (Acta del Congreso Constitucional, 20 de agosto de 1943).

    El presidente Calderón Guardia le puso el “Ejecútese” el 27 de agosto, fecha que coincidía con el cumpleaños de don Manuel Mora Valverde, y su vigencia se dispuso a partir del 15 de septiembre de 1943, con motivo de la celebración del 122 aniversario de nuestra independencia. (Vigente desde el 15 de setiembre de 1943).

    Ese día una gran manifestación popular en la ciudad de San José, encabezada por el Presidente de la República, don Rafael Ángel Calderón Guardia, acompañado por Monseñor don Víctor Manuel Sanabria Martínez, don Manuel Mora Valverde, don Teodoro Picado Michalsky y don Luis Demetrio Tinoco Castro, montados en un automóvil tipo Jeep, despejó de toda duda que la gran mayoría del pueblo costarricense le daba su apoyo a la Reforma Social y de la cual el Código de Trabajo es pieza fundamental en el desarrollo armónico que, desde entonces vivimos los costarricenses en el campo laboral.
    Pero, además, con afán reformista, se crearon: la Junta Nacional de la Habitación, la Cooperativa de las Casas Baratas La Familia; se dictó la Ley de de Protección y Asistencia Social. Se legisló, asimismo, sobre el problema agrario, con respecto al concepto estrecho y meramente individualista del derecho de propiedad y se impuso otro, merecedor de las nuevas circunstancias de la época. Fundado en ese nuevo ámbito de la intervención estatal, en el complejo económico y social, se modificó el artículo 29, hoy 45, de la Constitución, estableciendo “un nuevo concepto que introduce una sana limitación al poder abusivo de que se haga del derecho de propiedad”, rescatado de los principios consagrados en la Encíclica “Quadragessimo Anno”.
    Con ese espaldarazo pudo afirmar el presidente Calderón Guardia, en su mensaje al Congreso Constitucional, el 16 de mayo de 1942, acompañando el proyecto de Garantías Sociales: “Nuestra política se define en dos conceptos esenciales: absoluto respeto a la propiedad privada, dentro de las necesidades públicas, y manteniendo la pequeña propiedad, dando el derecho a nuestros campesinos de cultivar aquellas parcelas incultas o abandonadas por sus propietarios originales”. Dicho principio se confirma en el Código Social de Malinas cuando fija la siguiente disposición: “En la medida que la necesidad reclama, la autoridad pública tiene el derecho, inspirándose en el bien común, de determinar a la luz de la ley natural y Divina, el uso que los propietarios puedan hacer o no de sus bienes.”

    • Revista Surco del Centro para el Estudio de los problemas Nacionales
      AÑO III — San José, Costa Rica, Octubre 1942

      PENSAMOS

      EL MOVIMIENTO COOPERATIVO, EL PARTIDO COMUNISTA Y EL CENTRO

      El panorama de Costa Rica es el de un país potencialmente rico, pero pobre por su desorganización. Un país cuyos problemas sociales no son el resultado del monopolio por una clase privilegiada de la riqueza y los medios de producirla, sino la consecuencia del uso equivocado o empírico y de la falta de aprovechamiento integral de tales medios.

      En un país eminentemente agrícola como el nuestro, cuya tierra laborable permanece en sus cuatro quintas partes sin cultivarse, la miseria y la inferioridad social de la mayoría de la población no puede achacarse a la culminación de su régimen capitalista. Un país que sufre al mismo tiempo el problema de la desocupación y el problema de la escasez de artículos indispensables es, sin vuelta de hoja, un país que es víctima, ante todo de su propia falta de organización.

      No es que se esté negando la existencia de una clase agrícola-mercantil privilegiada que usufructúa desproporcionadamente la renta nacional y que mantiene sistemas expoliativos de trabajo; ella existe, naturalmente, mas lo cierto es que sus privilegios no son el resultado ineludible de un capitalismo desarrollado que esté absorbiendo la riqueza del país y expoliando a las mayorías sociales, sino el resultado de esa falta de ordenamiento que mantiene inexplotadas grandes fuentes de riqueza e irredentas extensas secciones del pueblo costarricense.

      Una política económico-social bien coordinada podría arreglar perfectamente la situación y solventar la mayor parte de nuestros problemas de miseria económica y de injusticia social. La intentó don Alfredo González Flores con mal éxito, por la ausencia, precisamente de estructuración en la opinión pública; después de él, nuestra política se ha venido haciendo -pese a la progresiva agravación de los males- más y más irresponsable, hasta llegar a ser lo que sabemos: concurso de intrigas, de abrazos y de injurias, totalmente ajeno a los intereses de la Patria.

      El CENTRO -grupo de gente joven- ha reaccionado contra ese estado de cosas: está luchando por armar el imprescindible y grande movimiento de reivindicación democrática. Considera el deber primero, la organización popular en grupos coherentes y vigorosos de opinión pública y de solidaridad económica: cree, por eso, en la importancia democrática del sindicato obrero, la corporación de pequeños industriales, la federación de educadores y estudiantes, la cooperativa de campesinos y consumidores, la asociación de profesionales, y en la de cualesquiera otras formas de organización que sirva de instrumento a los costarricenses -hasta hoy más o menos desunidos- para expresarse y actuar eficientemente en defensa de sus intereses y en beneficio de los intereses generales del país. Y el CENTRO está empezando a luchar por esa organización popular que responde inmediatamente a las necesidades de ordenamiento político, económico y social de la República.

      El consumidor y el pequeño productor, aislados, son víctimas del especulador: hay que ir entonces a su organización en cooperativas de consumo y de producción y distribución respectivamente; el obrero, solo, es víctima de la explotación de los patrones: debe surgir entonces el sindicato profesional; el pequeño industrial, el pequeño importador, aislados, no resisten la competencia de la gran empresa: urge formar la corporación respectiva; los maestros y profesores; desunidos, son objeto del abuso político: su federación vendrá a darles vigor para la defensa; la opinión popular es burlada por el fraude electoral o la imposición del Ejecutivo: hay que ir a la formación de núcleos de opinión pública y finalmente al partido político ideológico permanente.

      Donde haya injusticia, abuso, abandono de la norma democrática, allí deben fusionarse los esfuerzos de los ciudadanos afectados, para hacerse oir enérgicamente, procurar el mejoramiento de sus condiciones sociales y económicas de vida, y en fin, tomar parte en la gran tarea de organizar, equilibrar e imprimirle robustez a las fuerzas económicas del país. Ese es el ideario fundamental de la democracia costarricense -buscar equidad para las relaciones sociales, dignificar y fortalecer al débil, levantar el nivel de vida general, depurar las prácticas republicanas- y por él lucha el CENTRO y luchará entusiastamente siempre.

      Otros grupos creen en la Revolución Social como única fórmula de mejoramiento: hipnotizados por movimientos políticos europeos que un super-capitalismo anárquico y exacerbado justifican, estiman que para la pequeña Costa Rica agrícola, con sus cuatro quintas partes de tierra laborable sin cultivar, con sus problemas de escasez y no de superproducción, es también posible un movimiento de preparación radical para destruir el actual régimen social e instaurar uno nuevo sobre sus ruinas. Es el caso del Partido Comunista, que aunque pregona su fe en la democracia y en los métodos evolutivos de mejoramiento, tiene puestas todas sus energías y sus esperanzas en la Revolución Social, y trabaja tesoneramente por preparar los instrumentos y el ambiente necesarios para realizarla.

      Esa -y nada más que esa- es la explicación de fondo de la diferente posición del Partido Comunista y del CENTRO ante el movimiento cooperativo.

      La Cooperativa de Consumo -por ejemplo- que es la que nosotros propugnamos en una forma general e inmediata, tiene la virtud de alzar efectivamente el nivel de vida de sus socios, y por allí la de hacer comprender a estos la posibilidad de un reajuste evolutivo de su posición social, y la de ponerlos a trabajar por ese reajuste. para el CENTRO -que busca ese equilibrio económico y social para nuestra democracia- la Cooperativa de Consumo tiene que ser entonces, como lo es, un instrumento progresista y que merece todo apoyo. Para el Partido Comunista -que espera el punto álgido de agudización de todas las fallas del régimen actual para hacer estallar la revuelta- la Cooperativa de Consumo tiene que ser, como lo es, un instrumento reaccionario, de apaciguamiento de la lucha social, de adormecimiento del malestar y el descontento de las clases pobres, que debe ser desechado y atacado.

      La Cooperativa de Producción de Obreros Industriales y Agrícolas -otro ejemplo- cuya formación nosotros nunca planteamos en épocas normales, conscientes de sus dificultades y sus riesgos, y que hemos propugnado únicamente en relación con la propiedad nazi que, por motivos de la guerra, forzosamente ha de salir de manos de sus actuales propietarios, tiene una serie de virtudes económicas, sociales y educativas, si -como en el plan por nosotros propuesto- se pone su dirección en manos de una entidad técnica y seria -como en el plan por nosotros nivel de vida de los obreros y peones, al hacer pasar a ellos los beneficios que antes fueran a manos del empresario, los entrena y educa en las prácticas de cooperación y solidaridad económica, y desde luego los liga con el régimen existente, dentro del cual descubren un amplio radio de mejoramiento y elevación para su posición económica y social. Por tanto, la Cooperativa de Producción parecerá al CENTRO en los casos en que sea posible organizarla, como una formación de tipo progresista, que responde bien a las necesidades de perfeccionamiento de nuestra democracia, y al Partido Comunista, como una forma reaccionaria que hace desaparecer algunos de los males y los resentimientos en cuya culminación funda las posibilidades de la Revolución.

      La razón corresponderá a quien haya sabido enfocar con mayor realismo y menos teorías las necesidades y las posibilidades del país. Cuenta éste con las condiciones y elementos necesarios para plantear la lucha social en el campo de la violencia; es necesaria la violencia para solventar sus problemas sociales y económicos? O bien: resulta suficiente un movimiento evolutivo para solventar esos problemas; cuenta el país con las condiciones y elementos necesarios para iniciar con posibilidades de éxito inmediato tal movimiento?

      El CENTRO cree y está convencidamente por la segunda hipótesis.

    • Surco publicación mensual del CENTRO PARA EL ESTUDIO DE LOS PROBLEMAS NACIONALES No. 31

      Contiene:
      PENSAMOS: Cooperativismo, solución orgánica para el desarrollo del mercado interno.
      Organizaciones de planificación económica. Cooperativas de consumo. Por tierras de América.–Vicente Lombardo de toledano habla para SURCO.
      COOPERATIVISMO Y COOPERATIVAS.
      (Desarrollan: Lic. Rodrigo Facio, Lic. Emilio Valverde, Raf. Alb. Zúñiga).
      Origen y desarrollo de las cooperativas.
      Desarrollo de las Cooperativas en Diversos Países Europeos.
      Fundamentos Ideológicos de las Cooperativas.
      Ventajas sociales y económicas de las Cooperativas.
      Principios administrativos de las Cooperativas.
      El Cooperativosmo como Ideología o Programa de Reforma Social.
      Desarrollo del Cooperativismo en América.
      Ensayos Cooperativos en Costa Rica.

      Se puede ver completa en http://elespiritudel48.org/surco/surco31.htm

      También está en Surco 40:

      El Centro y la campaña pro-cooperativización de la propiedad enemiga – Rodrigo Madrigal Nieto
      http://elespiritudel48.org/surco/surco40.htm

      Carlos Revilla

  5. Johnny Soto Zúñiga.-

    En realidad me ha gustado los comentarios sobre la evolución del Movimiento Cooperativo; quiere decir que la historia está escrita durante los últimos 70 años de desarrollo cooperativista (una doctrina social y económica que implica una redistribución de la riqueza con equidad y de crear más propietarios que proletarios). Mi artículo quizo siempre ser una breve sipnosis de la historia sistematica y organizacional del Cooperativismo en CR. Lo anterior a esta época de los años 40s siempre levanta roncha, pero las fecha están dadas 1943, 1947 y 1949 con la inserción en la COPOL (donde constitucionalmente se incorpora en forma superior el cooperativismo). Don Rogelio nos ha ampliado hechos históricos de la época, pero son concercientes a temas de las reformas sociales de la Administración Calderón Guardia (que sería tema para otra columna, que más adelante podríamos retomar). Reitero, que en ningún momento se ha querido tergiversar la historia, porque las fechas están dadas. Mi columna es para explicar la evolución del Movimiento Cooperativo hasta la fecha, no se detiene solamente en una época. También es importante los aportes de la Administración de este Diario, sobre el tratamiento del Centro para el Estudio de los Problemas Nacionales y sus escritos en la Revista Surco, que realmente sus integrantes creian e impulsaban (a esto me refiero con el aporte al pensamiento cooperativista de este Centro de pensamiento). Saludos.-

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