Una nota sobre el discurso de Oscar Arias Sánchez

Humberto Vargas Carbonell

Humberto Vargas

Por fin don Oscar Arias fijó su destino electoral para las próximas elecciones, no será precandidato y, obviamente, tampoco candidato. Pero no dijo que abandona la lucha política.

No quiere, evidentemente, un choque directo con José María Figueres Olsen. Nos parece que Arias ha calculado que esa lucha podría ser terriblemente desgastante no tanto para el Partido como para el sistema de dominación de la burguesía.

Un choque de esa magnitud no podría prescindir de una discusión sobre la corrupción de las personas implicadas y de sus respectivos periodos presidenciales. Un combate electoral de esa magnitud repercutiría directa y negativamente en la estabilidad política del sistema. Arias ha de haber calculado que en tal caso todos perderían y que a él más le convendría emerger como “salvador”, si es que esto fuera necesario.

Oscar Arias, siempre que hace pública una reflexión tiene el buen cuidado de poner una mampara entre lo que dice al público y lo que realmente está proponiéndose. Nos parece que su discurso último no fue una excepción. No se trata de una declaración final sino del inicio de un nuevo combate dirigido principalmente contra José María Figueres y, si llega a ser necesario, contra el Partido Liberación Nacional.

Es claro que Oscar Arias le interesa más la “dictadura en democracia”, es decir, el sistema, que la presidencia; ya enfermo y agotado.

Por un lado le anda buscando un contendor a José María Figueres y a ese propósito ya apareció el señor Alvarez Desanti, quien ayer dio declaraciones directas desde Estados Unidos, para decir que lo está pensando. Aún no es posible saber si se trata de una urdimbre preparatoria o si el tejido está terminado. Esto lo sabremos pronto.

Al tratar estos asuntos es imposible olvidar la proposición de don Ottón Solís: unidad de partidos políticos burgueses para un gobierno de unidad nacional.

Oscar Arias le pareció una proposición aceptable, recibida con tanto entusiasmo que inmediatamente sugirió algunos cambios.

El señor Kevin Casas quien, según entiendo, es amigo y asesor del expresidente, considera que a su juicio, la proposición del diputado Solís Fallas, es la más sensata que se ha propuesto en la política nacional desde hace años.

Así, pues, es posible que las aguas del Arismo, no discurran por las viejas alcantarillas del Partido Liberación Nacional, sino por las nuevas del ottonismo.

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