¿Tapón generacional?

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes Castegnaro

Hace un par de semanas, un grupo de amigos, decidimos organizar un almuerzo para juntarnos aquellos que pertenecimos a la Juventud Liberacionista en los años 70 y 80. Empezamos organizando un chat en what’s up que se desbordaría de participantes. Casi 200 personas que pedían ser incluidos. Luego, pusimos una cuota y alquilamos un local para hacer el almuerzo, que resulto ser una ocasión cálida, para casi 90 amigos de volvernos a ver. Vinieron de diferentes partes del país, y francamente la pasamos muy bien. Nuestro ADN hizo que la ocasión se convirtiera también en un acontecimiento político. Resulta que había ahí, ex Diputados, ex Presidentes Ejecutivos, ex Diplomáticos, ex Alcaldes, actuales Diputados, actuales Alcaldes y hasta un ex candidato a la Presidencia de la República.

Los diálogos posteriores, me han llevado a reflexionar sobre lo que ha sido de alguna manera un tapón de generación y de género, tanto en Costa Rica como en Liberación. También me ha hecho pensar como cuesta aceptar que la vida, y particularmente la política, es como una carrera de relevos, en la cual unos le pasan a otros el testigo, para seguir corriendo y llegar a la meta.

Pienso en un Otto Guevara, que siempre es el, o en su defecto su hermano, el que debe ocupar posiciones en el Movimiento Libertario. Pienso en como esa generación de liberacionistas fue taponeada por el liderazgo de Rolando Araya, quien nunca en todos los años en los que fue poderoso en Liberación Nacional les dio espacio a ninguno de los que venían atrás. Tampoco cuando se retiró del PLN abrió ese espacio. Pienso en que mientras José Merino vivió, Patricia Mora, ni ninguna otra mujer, tuvo opción de llegar a la Asamblea Legislativa. Pienso en Johnny Araya, quien no puede encontrar a alguien que el considere mejor que si mismo para  ser  Alcalde de San José, y evidentemente, pienso en José María Figueres y la propuesta que le hiciera hace algunas semanas Oscar Arias.

Oscar Arias le propone a José María Figueres, que se sienten ambos, pongan de lado sus eventuales aspiraciones, y busquen 3, 4, 5 o 10 nombres de liberacionistas que pudieran ocupar la Presidencia de la Republica, y que sometan esa lista a los su partido para que sea el PLN el que decida en una convención cual de esos es de su gusto. La propuesta es una propuesta interesante sobre todo, por que plantea: dejemos de ser tapón de los que vienen atrás. Fue rechazada inmediatamente por Figueres.

Pensar en que en un país donde solamente un 10.48% de los costarricenses están en el rango de edad de Figueres, o para arriba, que solamente él pueda ser candidato por el partido que continua siendo el más grande del país, es una mala señal. Descartar que en el casi 40% de la pirámide poblacional (entre 30 y 60 años) pueda haber unos cuantos hombres y mujeres honrados, preparados e inteligentes, que puedan aspirar al más alto honor que la Patria le hace a uno de sus ciudadanos, es tan vanidoso como decir, como dijo ayer Laura Chinchilla, que ella no dejó nada pendiente después de dejar la Presidencia. ¿Quién podrá no tener pendientes en su vida?
Estoy segura de que tanto Figueres, como Arias, como cualquiera tiene pendientes, en su vida, en su trabajo, y en sus anhelos.

La propuesta de Arias, denota que su vanidad histórica es más grande que su vanidad pura y simple, proponer quitarse ambos, muestra que a esta altura, Arias –quien de por si ya tiene aseguradísimo su lugar en la historia- no busca ese protagonismo detrás del reflector que es siempre soñado tanto por el político como por el artista. Muestra que Arias está consiguiendo ver mas allá de si mismo, el panorama completo.

Me encantaría que Figueres lo entendiera así. Me encantaría que Liberación diera un espacio a los relevos. Me encantaría que los políticos entendieran que hay que pasar el testigo, a los que con ellos, corren esa carrera de relevos.

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.