Rompiendo el monopolio: ¿RECOPE o DICOPE?

Desde La Mina

Mauricio Castro Salazar
mauricio.castro@costarricense.cr

Desde hace algún tiempo se habla de romper el monopolio que tiene el Estado Costarricense en materia de hidrocarburos por la vía de RECOPE (Refinadora Costarricense de Petróleo) y abrir el mercado. En mi casa en La Mina, en Santa Ana, me he hecho algunas preguntas —partiendo que durante los próximos 25 años vamos a seguir consumiendo petróleo, como parece ser la tendencia— y comentarios en voz baja que se los comparto en voz alta:

-¿Si se rompe el monopolio, significa que permito que otros utilicen la terminal petrolera, el oleoducto y los planteles de distribución, es decir la infraestructura que RECOPE ha construido?

Si la respuesta es no, entonces ¿deben los posibles competidores construir sus propias facilidades e infraestructura: puerto, oleoducto y plantes de distribución?

-¿Reduzco la planilla de RECOPE o la dejo igual?

-¿Me olvido de tener una refinería estatal en el país —que se paga en 15 o menos años— y permito que una empresa privada construya una? ¿o no quiero refinerías en el país?

-Si la decisión es no tener una refinería, ¿qué hago con RECOPE? ¿La transformo en DICOPE (Distribuidora e Importadora Costarricense de Petróleo)? ¿Qué hago con los empleados de la Refinería (unos 600)? ¿Los despido?

-¿ARESEP regularía también los precios de los combustibles en un mercado abierto o van por la libre?

-¿Me olvido por completo de la explotación petrolera y de otros gases o entran también en el paquete de apertura, es decir decido seguir importando por siempre?

¿Quién garantiza la calidad de los hidrocarburos? ¿El MEIC, MINAE? ¿Nadie?

-¿Debe tener el país una reserva estratégica de combustibles para casos de emergencia, es decir combustibles almacenados por si acaso…., o simplemente dejo eso al mercado? Y si quiero tener una reserva, ¿Quién los almacena la nueva DICOPE o se le obliga a todos los participantes en el mercado a tener una reserva?

Cada una de esas preguntas y por supuesto las muchas otras que aparecerán en cualquier discusión no tienen una sola respuesta, tienen montones y cada una quizás hasta matices diferentes, pero pareciera que es un ejercicio que un grupo importante de gente en el país se plantea que se haga.

Independientemente de las respuestas recuerdo una situación que sucedió hace no muchos años en un país más al norte que quiero compartir y debemos tener presente:

Un país centroamericano fue golpeado por el huracán Mitch en 1998, los puertos quedaron dañados y los sistema de almacenamiento también y por lo tanto hubo escasez de combustible. Este país tenía en ese momento y lo tiene todavía el mercado abierto para competir. En la escasez estuvo un barco petrolero cargado de combustible parado en frente de sus costas hasta que el Gobierno —para salir de la crisis— dispuso pagar el sobre precio que la compañía solicitaba por el riesgo que significaba atracar en sus puertos…

La apertura del mercado de combustibles obliga a plantearse el futuro que este país quiere — y por supuesto su política energética– de establecer marcos para la regulación de precios y la calidad.

Yo por principio ideológico creo que la energía –al igual que todos los otros activos estratégicos del país— deben ser propiedad del Estado (no significa necesariamente operados por el mismo Estado…).

Cuando se habla en favor de la apertura como una forma de bajar el precio del combustible, yo insisto que eso no es cierto al 100×100 porque la incidencia actual de costos de RECOPE en el precio que pagamos los consumidores es menor que el 5%,.

Decir que quitar los impuestos es la solución, yo digo que no, que se trata de retroceder en un concepto que todo el mundo ha tratado de imponer y que Costa Rica es pionero: impuestos a los combustibles para conservar y restaurar bosques o para reforestar, es decir para compensar nuestras emisiones de carbono bajo el principio universal “quien contamina paga”. Quitar el impuesto “es subsidiar y alentar” la contaminación y promocionar, en lugar de combatir, el cambio climático.

A lo mejor este es un buen momento para discutir todo lo relacionado con energía (eléctrica y combustibles) sin dogmatismos, con respeto, sin insultos y con la misma información para todos los que discutirán.