Entrevista: Plan de paz… una visión de la época

Rosita Argüello

Como sabemos todos los costarricenses, el plan de paz propuesto por don Oscar Arias y que en fechas recientes ha cumplido 25 años, fue producto de un proceso que inicio en los años 80 del siglo pasado. Esta búsqueda de la paz y su solución, tiene también rasgos comunes y particularidades nacionales, por ello Cambio Político ha entrevistado a tres participantes de la épcoa, para que los lectores puedan tener una idea del clima que había a nuestro alrededor en ese tiempo.

Iniciamos con Ángel Edmundo Solano, Ministro de Seguridad Pública durante la administración Monge Alvarez.

Ángel Edmundo Solano

CAMBIO POLÍTICO – ¿Cuán cerca teníamos la guerra durante el período del 82-86?

ANGEL EDMUNDO SOLANO – Estuvimos muy cerca. La Embajada de Estados Unidos (USA) por medio de su embajador Curtin Windsor insinuó a nombre de su gobierno y a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) la “operación pinzas”, que significaba una agresión camuflada de Costa Rica. a Nicaragua para que reaccionara el gobierno sandinista atacandonos y entonces en aplicación del Tratado Interamericano de asistencia recíproca (TIAR) se justificaba una invasión de USA. y de los otros países centroamericanos incluyendo Panamá por el norte y por el sur. Mi oposición produjo la campaña en mi contra tildándome de comunista, máxime cuando con la autorización del Presidente Monge nos salimos del Consejo de Ejércitos Centroamericanos (CONCECA), donde teníamos un militar acreditado.

CP – ¿Considera que el contexto centroamericano era fundamental para tomar decisiones políticas locales? ¿Porqué?

AES – Claro que era fundamental tomar decisiones políticas locales, todos los países centroamericanos y sus ejércitos estaban alineados por la política dura del Presidente Reagan de Estados Unidos hacia Nicaragua. De ahí la conveniencia nacional de haber declarado la Política de Neutralidad ante los conflictos armados de la región. Al mismo tiempo preparamos una fuerza pública bien armada, con buenos sistemas de comunicación para hacerle frente a una eventual invasión y para mantener ese principio de neutralidad.

CP – ¿Sintió que en algún momento estuvimos en la proximidad de ser invadidos?

AES – Sí hubo un momento, cuando Edén Pastora desde territorio nacional atacó el puesto de Peñas Blancas del lado nicaragüense, ocasionando un número importante de bajas al ejército nicaragüense… Esa situación produjo una reacción nicaragüense atacando nuestro puesto fronterizo, no siguiendo a más por la postura fuerte de nuestro gobierno que dio un plazo para el retiro de los efectivos militares de Nicaragua, bajo la advertencia de pedir ante la Organización de Estados Americanos la aplicación del Tratado de Asistencia Recíproca.

CP – ¿Recuerda alguna anécdota particularmente interesante que quisiera relatar sobre esa época?

AES – Si, inauguraba una edificación tipo barcazas, en Los Chiles, a cargo de personal del ejército norteamericano destacado en Panamá, dos avionetas debían salir de la Base 2, en una viajaba el Embajador Windsor y en la otra supuestamente viajaba el Ministro de Seguridad de Costa Rica. Sin embargo, a la hora de subirme cambié de criterio y ocupé la misma avioneta del embajador, por aquello que… “ se cayera alguna de ellas”.

Manuel Carballo Quintana, viceministro de la presidencia durante la administración Monge Alvarez

CAMBIO POLÍTICO – ¿Cuán cerca teníamos la guerra durante el período del 82-86?

MANUEL CARBALLO QUINTANA – Son ustedes quienes tienen que juzgar si estábamos cerca de la guerra o no. Lo cierto es que el gobierno de Costa Rica era acosado permanentemente por la administración Reagan no solo para involucrar a Costa Rica en el conflicto centroamericano, sino también para convencerlo de la necesidad de organizar un ejército y para que aceptara la «ayuda» del ejército norteamericano ante la amenaza sandinista. Veamos algunos hechos y las negativas reiteradas del Presidente Monge: presión constante para que Costa Rica se reincorporara activamente al Consejo de Defensa Centroamericano (CONDECA) y a ejercicios militares de ese cuerpo; invitación reiterativa a que Costa Rica asistiera a la reunión de los ejércitos latinoamericanos que se efectuó en ese período en Venezuela; negativa del Presidente Monge a participar en una reunión de los otros presidentes centroamericanos con los generales del Comando Sur a bordo de un portaviones de los Estados Unidos en las costas de Honduras; rechazo a la idea de transformar la Escuela Nacional de Policía Francisco J. Orlich en Academia Militar, como medio para poder equipar mejor a nuestra Guardia Civil. Estos son algunos ejemplos. En esos días nos enteramos también que el Comando Sur inclusive tenía identificadas las parcelas del ITCO en la zona de San Carlos en que estarían asentados los norteamericanos que «ayudarían» a Costa Rica frente a una «invasión» sandinista.

CP – ¿Considera que el contexto centroamericano era fundamental para tomar decisiones políticas locales? ¿Porqué?

MCQ – Por supuesto que sí. Me imagino que la pregunta está referida a la Proclama de Neutralidad del Gobierno de don Luis Alberto Monge. Esta decisión de política local era indispensable en un entorno dominado por gobiernos centroamericanos que por una parte le hacían eco a los intereses norteamericanos y por la otra a las prédicas fidelistas representadas por Nicaragua.

CP – ¿Sintió que en algún momento estuvimos en la proximidad de ser invadidos?

MCQ – Invadidos por Nicaragua no, en ningún momento. «Ayudados» por el ejército norteamericano sí, sin pedir ayuda alguna. Tal vez yo conozca menos que otros, pero esto es lo que yo sentía, mi percepción.

CP – ¿Recuerda alguna anécdota particularmente interesante que quisiera relatar sobre esa época?

MCQ – La Proclama de Neutralidad del Presidente Monge impidió que Costa Rica se viera sumida en el conflicto bélico. Don Luis Alberto señaló el 17 de noviembre como la fecha de promulgación de dicha proclama. Cuando en el Ministerio de la Presidencia le pedimos al presidente Monge atrasar una o dos semanas el acto en el Teatro Nacional para organizarlo mejor, don Luis Alberto Monge nos respondió: «No, el acto debe realizarse el 17 de noviembre… después será muy tarde». Es obvio que don Luis Alberto Monge manejaba mayor información que la nuestra.

Carlos Rivera Bianchini, viceministro de Relaciones Exteriorres durante la administración Oscar Arias

CAMBIO PLÍTICO – ¿Cuán cerca teníamos la guerra durante el período del 82-86?

CARLOS RIVERA BIANCHINI – El período de la crisis centroamericana se extiende más allá de los años 82-86. Desde finales de los años setenta y principios de los ochenta, los movimientos insurgentes en Nicaragua, El Salvador y Guatemala constituían una realidad. En Nicaragua, el Frente Sandinista, luego del triunfo de la revolución, la cual fue apoyada inicialmente por muchos sectores de la sociedad nicaragüense y con el apoyo internacional, tiene un viraje antidemocrático y despótico. Esa revolución traicionada pierde apoyo y empiezan a aparecer alternativas militares para derrocar al Frente. Nacen varias frentes de la llamada “ contra ” constituida en unos casos por ex militares somocistas y en otros por ex miembros de la guerrilla sandinistas.

En El Salvador, los movimientos estudiantiles que no encuentran alternativas en la participación política, se convierten en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional y en Guatemala, los grupos insurgentes son de los más antiguos, formados alrededor de la represión ejercida por los militares a los campesinos y a los indígenas.

La crisis se fue agravando con la presencia de las dos potencias de la época, los Estados Unidos y la Unión Soviética, siendo Centroamérica una ramificación de la guerra fría. Los esfuerzos políticos del Grupo de Contadora y Grupo de Apoyo no resultaron suficientes para encontrar una solución política y pacífica al conflicto y cada vez parecía que la alternativa militar promovida por el Gobierno de los Estados Unidos y los militares Centroamericanos era la única solución. Esa solución militar sin duda nos iba a afectar, ya que el objetivo era expulsar a los sandinistas del poder para lo cual era necesario la presencia de los frentes norte y sur. Por otro lado, los sandinistas contaban con el apoyo de Cuba y la Unión Soviética, de manera que no nos íbamos a salvar de una intervención armada en la cual nuestro territorio sería utilizado, con las consecuencias que esto generaba.

De igual manera, las guerrillas de El Salvador y Guatemala había cobrado mucha fuerza y militarmente estaban cercando a los Gobiernos, especialmente en El Salvador.

CP – ¿Considera que el contexto centroamericano era fundamental para tomar decisiones políticas locales? ¿Porqué?

CRB – Sin duda que había que tomar decisiones, pues no podíamos separarnos del resto de la región centroamericana. El liderazgo que toma Costa Rica con la propuesta de paz de Oscar Arias fue vital para evitar que un conflicto ajeno a nuestro a nuestro país nos afectara dramáticamente

CP – ¿Sintió que en algún momento estuvimos en la proximidad de ser invadidos?

CRB – En los planes militares de los Estados Unidos, Costa Rica se convertía en un territorio de tránsito del Comando Sur asentado en esa época en Panamá. Por otro lado, para el ejército sandinista, extender su frontera sur, era fundamental para evitar la presencia de los grupos irregulares y cuidar su propio territorio. En nuestras fronteras se iban a librar esas batallas.

CP – ¿Recuerda alguna anécdota particularmente interesante que quisiera relatar sobre esa época?

CRB – Una de mis tareas era mantener las conversaciones con los representantes del Frente Farabundo Martí de El Salvador, de la URNG de Guatemala y de la misma contra nicaragüense. Propuesto el Plan de Paz del presidente Arias a los presidentes de la región, era necesario también presentárselo a los grupos insurgentes. Me correspondió esperar a uno de los principales comandantes del FMLN, Joaquín Villalobos, y llevarlo a la casa del presidente Arias para tener esa conversación sobre su propuesta. Don Oscar hizo un amplio examen de la situación de la región y del Plan de Paz. Joaquín Villalobos escuchó para luego mostrar un mapa de El Salvador y dijo: Presidente Arias, el problema es que usted piensa como costarricense. En El Salvador estamos en guerra. Fue repasando en el mapa los múltiples lugares en donde tenía presencia el FMLN hasta concluir que estaban a pocos kilómetros de San Salvador y que esa guerra ellos la ganaban, situación que parecía cierta.

Después de muchas conversaciones el FMLN accedió a dar un espacio para la paz. Se reunieron con los militares y firmaron los acuerdos que terminaron con años de guerra. Dos de las comandantes que recibía regularmente y cuyas reuniones se debían de hacer en mi casa para mantener la confidencialidad, se incorporaron a la vida política: Ana Guadalupe Martínez y Nidia Díaz se convirtieron en diputadas y Joaquín Villalobos se fue a estudiar a Londres. Sin duda que Centroamérica cambió gracias a los acuerdos de paz.

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Un comentario

  1. Don Angel Edmundo si tenia una tendencia comunista muy clara. Entre su relato olvido indicar que el pretendio dar un golpe de estado al Presidente Monge, el cual fue abortado por la solicitud de ayuda hecha por Don Luis Alberto al Movimiento Costa Rica Libre. Tras negociaciones del Presidente con el MCRL fuerzas paramilitares de elite fueron colocadas en lugares clave donde la inteligencia recabada indicaba que eran los lugares donde se planeaba dar el golpe. La intervencion del MCRL y la casi inmediata asistencia posterior de EEUU le robo a Don Angel su sueño de convertirse en gobernante de facto del pais y le obligo a salirse un 27 de diciembre, destruida por completo su conspiracion ante la superioridad abrumadora del MCRL sobre sus aliados, con la farsa que «el movilizar personal de la Guardia Civil armada y sacar a la calle multiples piezas del calibre .50 habia sido una broma». No, no se trato de una inocentada del Dia de los Inocentes sino de una gamberrada al estilo de Tres Patines, siendo que el ministro de seguridad paso a convertirse en un gracioso criminal frustrado. Don Angel Edmundo debio tenido el valor en el 2012 de hablar con toda la verdad y no con la historieta que lo hace ver como un centrista de altos valores democraticos. Siendo que no ha muerto aun, tienen la oportunidad de hacerle una nueva entrevista y llevarle a relatar los eventos. Me duele decir que dudo que en estos seis años haya tenido la entereza de haber cambiado lo suficiente como para hablar de todos los eventos con plena verdad y no con penosos intentos canallescos de engañar con sus tipicas bromas de golpista fracasado.

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