Los preciosos templos del altiplano de Chile

Camilo Rodríguez Chaverri

Jesús vive en el desierto. Muchas comunidades chilenas le han construido unos templos preciosos, únicos en su estilo. Escribo este artículo amparado en un documento que respalda la validez de la riqueza cultural de estos templos.

En el norte chileno, a casi 4.000 metros de altura, existe una serie de construcciones levantadas por los pueblos originarios de la zona, que hablan de su particular relación con Dios y con su territorio. Existe más de un centenar de templos católicos esparcidos en el Altiplano, en su mayoría ubicados junto a pequeños caseríos o poblados autóctonos, que poseen características arquitectónicas y urbanístico–ambientales propias y de notable calidad, representativas del período colonial y denominadas de estilo “mestizo andino”.

Esta arquitectura patrimonial en la región de Antofagasta es particularmente rica, tanto por la calidad de sus exponentes como por la variedad y cantidad de los templos.

Chile ha trabajado en la restauración de los templos de las comunidades de San Pedro de Atacama, Chiu Chiu, Ayquina y Caspana. La ejecución fue financiada por el “Programa Puesta en Valor del Patrimonio”, con un costo mayor a los cien millones de dólares.

Los templos se ubican al noreste de Antofagasta, en las Comunas de San Pedro de Atacama y Calama.

Una historia enorme y rica

El templo en San Pedro, ubicado en la cuenca de Atacama, se erige en 1557 en la zona que se denominó Atacama La Grande, posiblemente en dependencia del Obispado de Cuzco. Con mayor certeza se sabe que el inmueble que llega a nosotros es producto de una ampliación que integra el templo anterior, acaecida a mediados del siglo XVIII (c.1745). Y luego sometida a reconstrucciones parciales producto de daños por incendios o sismos.

En cuanto a los valores arquitectónicos podemos establecer que de las iglesias atacameñas, San Pedro es la de mayores dimensiones, con un desarrollo planimétrico en cruz latina, con una nave única, dos capillas laterales formando el crucero, un recinto para baptisterio cercana al acceso, una sacristía (posterior), coro y campanario.

El templo posee todas las características del estilo mestizo andino como son un atrio de acceso limitado al norte y oriente por un muro bajo, volumétrica compacta, de gruesos muros con cubierta a dos aguas que rematan en aleros continuos, una robusta torre campanario y una discreta decoración exterior. Particular riqueza presenta el retablo con sus motivos estucados y brillantemente pintados sobre estructura de madera, adobe y piedra de estilo barroco.

Iglesia San Pedro de Atacama

Chiu Chiu y Caspana

Desde tiempos precolombinos, Chiu Chiu y Caspana fueron puntos de encuentro de las rutas trasandinas (río Loa y río Salado). Los españoles refundaron Chiu-Chiu con el nombre de Atacama la Chica y en cuanto al templo, se tiene registro que estuvo bajo administración eclesiástica boliviana con anterioridad de 1611 cuando ya era parroquia (curato) con su correspondiente patrono San Francisco de Asís.

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El templo actual es producto de una la intervención mayor en 1675 sobre el original de planta cuadrada y torre exenta (solo una) adosada al muro perimetral. Hoy presenta trazado en cruz latina de una nave (se sumaron con posterioridad, contrafuertes ejecutados en piedra asentada en mortero de barro). Y cerca de la entrada, un bautisterio y sobre ella un estrecho coro. Particularmente este templo, tiene la plaza ceremonial al contado tomando relevancia el acceso lateral, con existencia de sepulturas en el costado poniente. Desde lo estilístico, el templo original seria afín al barroco andino. Pero con la incorporación del pórtico y los campanarios en piedra con 3 campanas cada uno (c. 1900), así como la escalera y portal lateral de fachada y el reemplazo del retablo por uno neoclásico produjo una síntesis más cercana a la versión mestiza andina.

En el caso del templo de Caspana, erigida bajo la advocación de San Lucas, no se sabe con certeza cuando fue construida, pero se estima que fue durante la primera mitad del siglo XVII (existe crónica que la menciona en 1641). Presumiblemente no ha sufrido grandes transformaciones desde su fundación, salvo la adición del contrafuerte escalonado adosado a la fachada de c.1862 y un volumen en el muro sur en 1975.

Es la típica conformación espacial y morfológica de las iglesias andinas, con atrio y camposanto de fabriqueros. Templo de una nave, alargada, de poco ancho (por la escasez de madera) y de poca altura. Con tijeras y entablado a la vista. Coro sobre el acceso, retablo en el testero y dos bancos corridos hechos en obra a cada costado. Con la torre exenta, hoy de dos campanas, como volumen macizo de piedra y barro casi sin estuco.

El templo de Ayquina corresponde a la segunda mitad del siglo XVII, dado que se mencionan gastos en el libro de cuentas de fábrica en 1675. Se realizaron ampliaciones sucesivas considerables de la nave sobre el atrio, incluso hasta perder su torre el carácter de exenta. Siendo más lamentable aun, las intervenciones poco afortunadas de las últimas tres décadas que contemplan la eliminación de retablo, cambio pavimento interior y exterior, cambio de cubierta, enchape de muros interiores y exteriores, incorporación de puertas, ventanas y luminarias contemporáneas, etc., manteniéndose sin intervenir solo el campanario. Estas intervenciones de la comunidad han restado notablemente valor al conjunto. Actualmente, su advocación es a la Virgen de Guadalupe, y se ha constituido en Santuario.

Jesús vive en el desierto más seco del mundo, en Chile. La gente lo ha puesto a vivir en unos templos preciosos. En esos templos está Dios.

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