La revolución posible

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Carlos Revilla

Carlos Revilla M.

Acabo de terminar de leer la novela corta “a ras del suelo” de la escritora costarricense Luisa González Gutierrez. La había leído antes, allá por los años 70s del siglo pasado, y había visto su puesta en escena. Y ahora que estoy rescatando libros de la que era la casa de mis abuelos, me apareció de nuevo.

El libro es lo que parece ser una primera edición, seguramente de 1969 o 1970, ya que el libro no lo dice. Es algo así como un folleto, aunque con una buena portada y un estilo de novela corta, en un formato de impresión que no es el corriente de los libros. Por un par de notas al final de la obra, deduzco que debe ser algo así como el tiraje de una edición artesanal. Esas notas dicen «Este libro se publica en homenaje a Carmen Lyra en el aniversario de su nacimiento: 15 de enero de 1888 — 1970 / El producto de su venta es un aporte para la campaña económica del Partido Acción Socialista«. Fuera de eso no hay ninguna otra cosa que indique dónde, en qué año o quién lo imprimió. Sobre esto, recientemente averigüé que el tiraje del libro, se hizo en la “Imprenta Elena”, que era una clandestina que tenían los comunistas. Ahí también se imprimía el periódico Libertad y toda la propaganda.

Por cierto, el Partido Acción Socialista (PASO), al que se refiere la nota, era el partido de los camaradas, que participaron con ese nombre en las elecciones de 1970, dado que por prohibición constitucional, no podían hacerlo como Vanguardia Popular, que se sabía eran comunistas, y en teoría atentaban contra el régimen democrático. En esas elecciones resultaron electos como diputados Manuel Mora y Marcial Aguiluz. No está de más recordar que esa prohibición inquisitoria y antidemocrática fue eliminada en ese mismo período legislativo. Sobre este tema elaboré en detalle en una pasada columna.

La historia ganó el Premio Nacional de Novela de 1971. Y a fe que se lo merecía. Es una trama bonita e interesante, muy bien escrita, que se desarrolla en los años 20 y 30 del siglo pasado en Costa Rica, principalmente en un barrio del sur de la capital, que en ese entonces se conocía como «La Puebla», hoy los Barrios de La Dolorosa y Los Ángeles, ahí por la antigua escuela Porfirio Brenes. También se mencionan Heredia, Guadalupe y Barrio México, aunque brevemente. La obra es incluso hasta emotiva, sin llegar a ser sensiblera.

Bueno, pero no es una reseña o análisis del libro, o de la vida de la autora, lo que quiero hacer; para eso les recomiendo la lectura de “Luisa González: una vida y una trayectoria consecuente”. Más bien lo que quiero es hacer algunas reflexiones que se derivan de su lectura y que creo vale la pena comentar.

Empiezo diciendo que Luisa González fue discípula y compañera de Carmen Lyra, ambas militantes comunistas. Esto lo menciono para ubicarnos un poco. La obra sin ser una social, si tiene algo de denuncia, y especialmente el último capítulo, es hasta panfletario y adoctrinador. No quiero con esto demeritar en nada la historia, como ya dije, es solo para decirle al pan pan, y al vino vino, nada más.

La Costa Rica de la época en que se desarrolló (años 20s y 30s del siglo XX), era una Costa Rica muy pobre y todavía semirural. Por eso no es de extrañar lo que la autora menciona como sus anhelos, de maestra casi adolescente, que los hacía al ver tanta pobreza, en los niños a los cuales enseñaba en la Escuela Pilar Jiménez de Guadalupe, y por supuesto la propia pobreza que ella y su familia vivieron. Antes del 48 Costa Rica era un país de gente pobre y descalza. A principios del siglo 20, ocho de cada diez personas no tenían zapatos, es decir un 80% de la población del país. Por eso las niguas (pulgas en los pies) eran tan comunes. Todo esto cambió después del 48.

De camino a la escuela, en el tranvía, ella pensaba “¡Hay que calzar a todos estos niños!, me decía yo con gran coraje como si tuviera a mano miles de zapatos para ellos. Hay que instalar comedores en todas las escuelas, hay que organizar el teatro infantil; hay que instalar campos de juego en todos los barrios; hay que organizar bibliotecas populares, ambulantes, para todas las gentes del pueblo; hay que organizar coros y orquestas infantiles; hay que montar talleres y laboratorios en todas las escuelas y colegios; campos de deporte… hay que…”.

Y ciertamente había que hacer todo eso y mucho más. Y dichosamente todas esas cosas se empezaron a hacer con el advenimiento de la Segunda República (después de la Revolución del 48). Daniel Oduber en un ensayo titulado «La revolución posible» nos habla de eso cuando dice “Nuestra generación, en veinte años, alcanzó las metas de los izquierdistas revolucionarios anteriores a nosotros: nacionalización eléctrica; control estatal del crédito; control del monopolio bananero; consolidación de los derechos políticos; ampliación horizontal y vertical de la educación; transformación de la sociedad feudal en sociedad moderna; aplicación de la ciencia de la economía en la tarea nacional de desarrollo; distribución más justa del ingreso; instituciones políticas modernizadas; más seguridad para el individuo…”. Quizás ya algunas cosas que menciona Oduber no son tan importantes como en esa época y han sido superadas o incluso cambiadas con el paso del tiempo, como la nacionalización bancaria. Pero eso es algo normal.

Lo importante es que Costa Rica cambió, y para bien. Prácticamente todos los anhelos de Luisa González se cumplieron. En todas las escuelas hay comedores; ya no hay niños descalzos, quizás solo en alguna región muy remota como Talamanca, pero como algo excepcional. Incluso hay otros anhelos que se han cumplido, con los que ni siquiera soñaba la joven maestra, como la salud como un derecho y no como un privilegio, en fin…

Como vemos muchas cosas se han logrado, y todavía faltan otro montón por hacer, seguimos en eso; es como decía don Pepe «una lucha sin fin», pero siempre buscando el bienestar del mayor número.

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Un comentario

  1. Jesús Sequeira Muñoz

    Hoy en día ; incluso los logros del pasado están en cuestión ; no pueden sostenerse ; seguro social por ejemplo; calidad de la educación ; aumento de la desigualdad ; corrupcion !! Y han entrado en crisis; por la inercia del modelo creado a partir de 1948!!!. En síntesis; suponer que este mismo modelo político institucional va a superarse a sí mismo es un error.

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