Innovación, crear o morir

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñiga

El escritor argentino Andrés Oppenheimer, publica su último libro: ¡Crear o Morir!, revelando las 5 claves del éxito en el siglo XXI, de que la innovación y la creatividad serán los pilares del progreso. Plantea de que en América Latina, es fundamental que esté en el centro del análisis político todo lo referente a las innovaciones tecnológicas, ante una economía global del conocimiento; que hace que se reduzca la pobreza y el desarrollo de las naciones. Señala la importancia de depender más en la educación, la ciencia y la innovación y depender menos de los recursos naturales; incluso desarrollar las mejores mentes, que logran exportar productos con mayor valor agregado. Afirma que “un programa de computación exitoso, o un nuevo medicamento, o un diseño de ropa novedoso valen más que toneladas de materias primas.”

El autor menciona como han surgido personajes de la talla de Steve Jobs, fundador de Apple, Bill Gates, fundador de Microsoft y Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, todos surgidos en EE.UU. y como en los países latinoamericanos no surgen talentos de este calibre. Alega que nuestros países no están produciendo más innovadores porque los gobiernos no invierten más en parques científicos e industriales. Si bien se han inaugurado 22 parques tecnológicos en Brasil, 21 en México, 5 en Argentina, 5 en Colombia; un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) concluyó que “en América Latina las políticas de los parques científicos y tecnológicos están lejos de conseguir sus objetivos”. (Op.Cit. Pág. 14)

Describe su visita a Palo Alto, California, al parque Silicon Valley, donde está el centro de innovación a nivel mundial y sede de Google, Apple, Facebook, eBay, Intel y miles de otras compañías de alta tecnología. El autor quería saber cómo funcionaba y como se podría emular para otros países. Es un gran un área de polo de desarrollo tecnológico, ¿si el estado de California les da exenciones fiscales? ¿O las compañías tecnológicas llegan a Silicon Valley atraídas por los contratos de la industria de defensa, o por la cercanía de la Universidad de Stanford? Sin embargo la sorpresa es que el asunto no tiene nada que ver con el gobierno, ni con los incentivos económicos, sino que el secreto es el “tipo de gente que se concentra aquí”, reclutan las mentes más creativas de todo el mundo, que llegan atraídas por el ambiente de aceptación a la diversidad étnica, cultural y hasta sexual (53% de los residentes de Silicon Valley son extranjeros, hay chinos, indios, mexicanos y de todas partes del mundo)

Teniendo claro lo anterior, lo importante es que en nuestros países, se pueda desarrollar este tipo de empresas, generar el verdadero potencial latinoamericano. Si es posible, porque existe el talento necesario para desarrollar los potenciales en el campo científico y tecnológico; incluso se señala que en la próxima década se verán muchos inventos que en todos los producidos por la humanidad desde la invención de la rueda alrededor del año 3500 a.C.; dado que el crecimiento es muy rápido, el acceso al conocimiento es infinito; existen impresoras 3D que permitirán la manufactura casera e individualidad de casi cualquier objeto, utilización de robots, drones (aviones no tripulados) ya utilizados por Estados Unidos en guerras como Iraq y Afganistán.

También ya han surgido los autos sin conductor, que en realidad es increíble, incluso modelos de Mercedes Benz, Audi y Cadillac poseen sistemas de piloto automático que les permiten frenar y acelerar de manera autónoma en medio del tráfico, y hasta estacionarse por sí solos; así como todos los objetos que nos rodean por ejemplo: aparatos de cocina hasta la ropa, pronto tendrán microchips (internet de las cosas). Se concluye que la información será una fuente de poder y dinero fundamental en el siglo XXI, el ciberespacio; toda transacción digital que hagamos, se realiza el procesamiento de los datos, se llama el “big data”; alrededor del mundo del tráfico comercial la información fluye de la manera más rápida.

Seguidamente haré un resumen de los cinco secretos de la innovación que plantea el autor: 1-Crear una cultura de la innovación: se logra mejorando la calidad de la educación, estimular la graduación de ingenieros y científicos, aumentar la inversión en investigación y desarrollo, ofrecer estímulos fiscales a las compañías para que inventen nuevos productos, derogar las regulaciones burocráticas que dificultan la creación de nuevas empresas, ofrecer más créditos a los empleadores, y proteger la propiedad intelectual. Crear una cultura de la innovación que aliente la creatividad de abajo para arriba no es una tarea tan difícil como parece.

2-Fomentar la educación para la innovación: El déficit de capital humano para la innovación en la región (falta de ingenieros, científicos y técnicos) es dramática. Esto se debe a que la mayoría de los estudiantes universitarios en América Latina estudian más las humanidades y las ciencias sociales. Los sistemas educativos latinoamericanos siguen anclados en planes de estudios del siglo XIX, que convierten el estudio de las matemáticas y las ciencias en un suplicio. Se deben cambiar radicalmente los métodos educativos desde las escuelas primarias, enseñar las matemáticas y ciencias en forma divertida, incluso con el diseño de un pequeño submarino o un robot, etc. No hay que impartir conocimiento, sino enseñar a procesarlo.

3-Derogar las leyes que matan la innovación: La mayoría de los países latinoamericanos deben simplificar los trámites para abrir o cerrar una empresa, adoptar leyes que hagan respetar la propiedad intelectual, y modificar sus leyes de quiebras para no castigar excesivamente a quienes fracasan en un emprendimiento. En el nuevo mundo de la innovación productiva, en el que las empresas se inventan, reinventan, mueren y renacen constantemente, hay que hacer que la apertura y cierre de empresas sea lo más fácil posible.

4-Estimular la inversión en innovación: Los países que más invierten en investigación y desarrollo suelen ser los que más inventos patentan, y los que más productos nuevos sacan al mercado. El país del mundo que más invierte en investigación y desarrollo es Israel, que destina 4.3% de su producto interno bruto a este rubro, y en relación con su tamaño es uno de los que más patentes registra a nivel mundial. Le siguen Finlandia, con una inversión de 4% de su PIB e investigación y desarrollo, Japón con 3.3%, Estados Unidos con 3%, Alemania con 2.8%, y Francia con 2.2%, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Mientras Brasil destina 1.2%, mientras que todos los demás países latinoamericanos invierten menos de 1% de sus respectivos productos internos brutos en este rubro.

5-Globalizar la innovación: A diferencia de lo que ocurre en Asia, la mayoría de los países latinoamericanos no permiten universidades extranjeras en su territorio, ni tienen convenios de titulación conjunta con las mejores universidades del primer mundo. Las universidades latinoamericanas no exigen más que un conocimiento básico de inglés (fundamental para la ciencia y tecnología mundial). Por ejemplo: China, ya ha venido avanzando a pasos agigantados en el aprendizaje de inglés, a pesar de tener un alfabeto diferente y ser un país comunista, incluso decreto la enseñanza obligatoria de inglés en todas las escuelas públicas. Al igual que Singapur, Corea del Sur, Taiwán, han prosperado más que los países latinoamericanos. (Op.Cit. Págs. 278 a 315)

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