Hospitales y salud

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes

Lina Barrantes Castegnaro

Unos meses atrás, escribí en este mismo espacio, lamentando mi mala experiencia en la Clínica Bíblica, a raíz de un internamiento del que fue objeto mi mamá.

Hoy quiero referirme a los capítulos que siguieron en esa experiencia hospitalaria, como recapitulación y como recomendación.

De la Clínica Bíblica mi mamá salió con dos resultados: el primero la cadera desmontada, y el segundo una neumonía.

Cuando determinamos la neumonía, un médico que nos enviaron a la casa a valorarla (su geriatra de cabecera no hace visitas a domicilio) nos insistió en que debíamos internarla de nuevo en la misma Bíblica, a lo cual, mi papá, mi hermana y yo nos negamos absolutamente. Tomamos la decisión de llevarla a emergencias del Hospital Calderón Guardia. En ese hospital, le iniciaron el tratamiento antibiótico y le salvaron la vida. Tres días después decidimos trasladarla —y por suerte pudimos hacerlo y tuvimos el campo— al Hospital Blanco Cervantes. Las dos decisiones mas acertadas que pudimos haber tomado.

Diez días en hospitales públicos, lo reconcilian a uno absolutamente con la CCSS: atención hospitalaria de primera. Todo el mundo lo dice, una cosa es la atención primaria, en ebais, o en consultas externas con citas a largo plazo, etc., y otra cosa es cuando el paciente entra en el sistema se salud. Definitivamente esa fue nuestra experiencia. Enfermeras y enfermeros cuidadosos, nutricionistas, trabajadores sociales, enfin todo un sistema para que el paciente reciba la mejor atención. En esos días hablaba con una amiga que me llamó desde Mexico para desearme suerte en el proceso y cuando le contaba todo esto, nos hacíamos conciencia mutuamente sobre la responsabilidad que tenemos nosotros y los mas jóvenes que nosotros, de cuidar este maravilloso sistema de salud pública que la generación de nuestros padres forjó.

Al repasar mentalmente esta experiencia para escribir estas notas, mi pensamiento y respeto va para médicos como Rosa Climent, que decidieron dedicar su vida no al negocio de la salud, sino a la salud como servicio público. Me siento muy orgullosa y satisfecha de haberlos visto en funcionamiento. Muchas gracias a los “Rosa Climent” que nos dan ese maravilloso servicio.

Nuestro periplo hospitalario no terminó ahí: hace unos días un sábado tuvimos que ir a buscar la causa de un aletargamiento en mi mamá, que resultó ser una intoxicación medicamentosa. Fuimos al Hospital Metropolitano. Para empezar un hospital en el cual comienzan a atender al paciente antes de pedir la tarjeta de crédito —luego de haber pasado por la Bíblica— es sorprendente. Es decir, les interesa más la salud del enfermo, que los fondos de los que dispone. Un servicio de emergencias donde el médico especialista se toma dos horas para leer cuidadosamente exámenes y expediente hasta tener alguna idea de que puede ser lo que sucede. Ese mismo médico no quiso hacer un TAC por considerarlo innecesario (cuando en otras clínicas privadas el TAC es prácticamente rutina —rutina de medio millón de colones aproximadamente—). Ya internada en nuestro piso teníamos un servicio entero para 5 o 6 habitaciones. Habitaciones limpias, lindas, con muchísimos cuidados, personal de primera, comida de primera, especialistas: una experiencia totalmente contraria a la de noviembre. Tres días después tuvimos nosotros que pedir que queríamos un día más para hacer mas exámenes.

En fin, si el lector me lo permite, quiero recomendarle, si tiene un problema de salud con un adulto mayor, que su primera opción sea el Blanco Cervantes, y si el problema no es tan grave y sucede un fin de semana (el Blanco no esta abierto), no lo dude, el Hospital Metropolitano es una excelente opción.

EVALUE ESTA COLUMNA
1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (7 votos, promedio: 5,00 de 5)
Cargando...

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.

Revise también

Rodrigo Facio

26 de marzo: Cumpleaños de Rodrigo Facio

26 de marzo de 1917 nace Rodrigo Facio. Un año menor que José Joaquín Trejos, …

Un comentario

  1. alberto carballo q

    Coincido totalmente con esta opinion. El sistema de salud nuestro (sin el, que hariamos los que no podemos curarnos ahi en lo privado?) es tabla de salvacion. Si,Lina, el gran problema es la llegada a emergencias con dolencias graves que son tomadas como de color amarillo o verde con el paciente aullando de dolor que se muere esperando a ser atendido(sic). Ahi esta la antesala inhumana, humillante y dolorosa que te hace rabiar de impotencia. Ese es el gran filtro que te mata de susto y de incertidumbre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cambio Político
Este sitio usa cookies. Leer las políticas de privacidad.