Campaña, ideología y armas

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes

Lina Barrantes Castegnaro

Leo con relativa alegría una noticia de La Nación del fin de año (28 de diciembre) en la que nos informan sobre un resabio de ideología que aun queda en los Partidos Políticos costarricenses.

He de empezar diciendo que a esta altura, me parece que el anunciado “fin de las ideologías” de Fukuyama, no me parece ser del todo cierto. Tiendo mas a pensar en una “confusión de las ideologías”, al menos es lo que estamos viviendo ahora en Costa Rica. En nuestro país resulta que ser de izquierda es tener un cierto discurso. Daniel Ortega es un hombre de izquierda aunque tenga a su país sumido en la mas absoluta miseria. Nicolás Maduro es un hombre de izquierda aunque su solidez intelectual y cultural se muestre en sus conversaciones con un pajarito, por que no fue solo que el pajarito le habló sino, que el mismo, habla en pajarito, viole los derechos humanos de los venezolanos y su pueblo sufra todas las carencias posibles, a pesar de ser un país lleno de petróleo.

Ser de izquierda es defender intereses gremiales. Ser de izquierda no es defender el interés de la mayoría. En Costa Rica, son de izquierda los que quieren que todos, pobres y ricos paguemos la electricidad mas cara de la región, con tal de defender instituciones publicas que al final, es defender el interés de los que trabajan en esas instituciones.

En fín, en medio de esta confusión de ideologías, leo con agrado y sorpresa la nota sobre la regulación a la tenencia de armas que publica La Nación.

Nos informa ese periódico que hay tres candidatos, Luis Guillermo Solís, Johnny Araya y José María Villalta que apoyan la regulación de armas impulsada por los diversos intentos de legislaciones más modernas, que sistemáticamente se han topado con obstáculos, en cada uno de esos intentos.

Si revisamos las estadísticas, cada día mas, los homicidios, no solo en Costa Rica, sino en América Central se producen en espacios de confianza. Una adolescente hoy en El Salvador tiene mas posibilidades de morir por que la mató su novio, o su esposo, que de morir de todos los llamados cánceres de la mujer juntos (seno, ovario, matriz…).

Si uno no es parte de una red de crimen organizado, y va a morir asesinado, muy probablemente quien disparará el gatillo no será un desconocido, será un vecino, un amante, un compañero de trabajo, o el marido, que compró el revolver pensando que con eso cumplía su función patriarcal de defender vida y hacienda de su hogar.

Estar a favor de la liberalización de las armas, es un asunto ideológico de verdad, por que estar a favor de esa liberalización demuestra un desinterés por la vida.

Querer una regulación de las armas, es querer proteger la vida de los ciudadanos, y eso señores si es ideología.

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* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna.

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Un comentario

  1. Carlos Balmaceda

    Un articulo pertinente y con una posición que debería ser,total país.

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