Algo salió mal en Inglaterra…

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Acaban de realizarse las elecciones adelantadas en el Reino Unido (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte). La actual primer ministra conservadora Theresa May quiso hacer una princesa, y más bien le salió al final un sapo.

Después de dos años de gobierno de los «tories» (así le dicen a los simpatizantes del partido Conservador), del mandato que originalmente era de David Cameron, quien tuvo que renunciar después del infame «Brexit» o la salida de la Unión Europea, lo sucedió en el 10 de Downing Street (la residencia oficial del Primer Ministro del Reino Unido) Theresa May.

Resulta que a principios de año, las encuestas le daban a May y el partido conservador, una amplía mayoría de más de 20 puntos porcentuales sobre sus rivales laboristas. Aunado a esto, los laboristas estaban (¿están?) en un conflicto interno muy serio, entre las facciones del nuevo laborismo (New Labour), los seguidores de Tony Blair, también llamdos «blairistas», y los opuestas a ellos, cuyo máximo dirigente es su actual líder Jeremy Corbyn.

Esta parte no la quiero enredar mucho (es un poco complicada), pero el «blairismo» es la corriente de centroderecha del laborismo y de lo que se conoce como «tercera vía», en contraposición a los seguidores de Corbyn que persiguen regresar el laborismo a sus orígenes socialdemócratas de centroizquierda; así explicado de forma muy sucinta.

Para poner un poco las cosas en contexto, creo oportuno hablar brevemente de Jeremy Corbyn y su propuesta.

Corbyn es desde el 12 de septiembre de 2015, el líder del Partido Laborista tras ser electo en primarias con el 60 % de los votos, y ostenta por ello el cargo oficial de líder de la oposición en el Reino Unido.

Tras la dimisión de Ed Miliband después de las elecciones generales de 2015, presentó su candidatura para liderar el Partido Laborista. Empezó como el candidato con las cifras más bajas de apoyo entre los cuatro que concurrieron, pero a finales de julio encabezaba los sondeos.

Se define como pacifista, es vegetariano y utiliza la bicicleta para sus desplazamientos. Colabora habitualmente en campañas internacionales de Derechos Humanos. Participó en la Coalición Stop the War contra la guerra de Irak y en la campaña Solidaridad con Palestina; es también vicepresidente de la Campaña para el Desarme Nuclear.

Tiene tres hijos con Claudia Bracchitta, exiliada chilena con quien se casó en 1987 y de la que se divorció en 1999. Actualmente está casado con la mexicana Laura Álvarez, importadora de café de comercio justo y abogada. Habla Español con fluidez.

Como ven, todo un personaje, y fiel a sus principios y valores.

Aquí lo importante es que pasó a liderar el laborismo, pero con la férrea oposición de los «blairistas», que le hicieron la vida imposible, especialmente después del «Brexit». Pero logró superar la tempestad y llevar al laborismo a las elecciones anticipadas convocadas por May.

Tras años de posiciones de centroderecha bajo el influjo de la «tercera vía» de Tony Blair, los laboristas británicos con Corbyn, presentaron un programa electoral «radical y responsable», abogando por el fin de la austeridad, con un claro giro o regreso a la izquierda en la propuesta partidaria.

Me gusto mucho el lema de la propuesta de los laboristas con Corbym “Para los muchos, no los pocos” (For the many not the few). Es un gran contraste entre el pasado laborismo y el actual bajo su mando.

Corbyn justificó la necesidad de este giro a la izquierda para las elecciones, diciendo que el país ha sido dirigido “para los ricos, la élite y los intereses ocultos” en los siete años de gobierno conservador.

El resultado de las elecciones favoreció al Partido Conservador, aunque perdió 12 escaños en el Parlamento británico, consiguiendo solo 318 lugares (42,4% de los votos). En cambio el Partido Laborista, logró un resultado histórico, quedándose con 261 escaños, con un 40% de los votos.

Es más, los conservadores perdieron la mayoría absoluta de la que gozaban, lo que obliga a la primera ministra May, a negociar un Gobierno de coalición y así evitar que Corbyn forme su propio Gobierno en minoría; esto lo hará seguramente con el partido tureca de los Unionistas de Irlanda del Norte.

Vean que la diferencia porcentual es muy pequeña, solo del 2,4% pero por el sistema electoral inglés, hace que el partido más votado obtenga más diputados. Sin embargo lo logrado por los laboristas fue algo espectacular. Es la votación más alta obtenida por el partido en muchos años (desde el 2001).

A pesar de no ganar fue un gran triunfo para Corbyn y el laborismo. Los «blairistas» le auguraban una severa derrota, y ya se frotaban las manos, pero que va, les salió el tiro por la culata, y quedan más aislados. El futuro del laborismo con Corbyn es muy halagüeño, mas que el gobierno de May será de minoría y podría caer en cualquier momento, que sus «aliados» le safen la tabla.

Una gran lección el resultado de las elecciones, especialmente de Corbyn a quien le auguraban un sonado fracaso, pero más bien fue al contrario. Bien por él, ya era hora de replantearse la ideología, pero especialmente la relación con la gente, con los votantes, los jóvenes. Corbyn demostró que es posible volver a conectar a los jóvenes con la política.

Otra lección es para la socialdemocracia. El resultado en el Reino Unido es una derrota para la «socialdemocracia moderna o remozada», «tercera vía» o como se le conoce allá «nuevo laborismo» o «blairismo». Corbyn demostró que la única forma de redimir a la socialdemocracia es volviendo a sus raíces, sin que esto signifique volver al pasado, es simplemente recuperar el discurso y las banderas, con propuestas sensatas y que le lleguen a la mayoría de la gente.

Quedó así demostrado que la propuesta esgrimida por Corbyn, fue la decisión correcta, y el pueblo le respondió positivamente. El resultado mostró, que no todo está perdido para los partidos llamados tradicionales, especialmente los que se dicen socialdemócratas, que con la propuesta adecuada y haciendo un acto de contrición, tienen esperanza de recuperar a los votantes.

Entonces, claro que algo salió mal en Inglaterra, pero para las fuerzas reaccionarias, conservadoras y de derecha.

Ojalá que esto también sea una lección en el Partido Liberación Nacional, y sirva para poner las barbas en remojo…

Jeremy Corbyn

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